La serie compuesta por 3 artículos de Lancet investiga cómo es que los gobiernos y la salud pública subestiman la lactancia materna, y por esto no dedican recursos políticos ni económicos suficientes en ella.
La lactancia materna es una práctica que beneficia a los bebés, pero también a las madres. No obstante, menos del 50% de bebés a nivel mundial son amamantados de acuerdo a los consejos de la Organización Mundial de la Salud. Es frustrante encontrarnos con que actualmente, a pesar de que la mayoría de mujeres optan por paracticarla, la mayoría no recibe apoyo para realizarlo como se recomienda. Uno de los motivos por los que las madres recurren a las fórmulas comerciales está el dogma de que no son capaces de producir suficiente leche materna basado en la confusión de algunas conductas del bebé, cómo comportamientos del sueño distintos a los de las personas aultas o llanto constante, pero de hecho éstos son parte del crecimiento normal de los bebés.
Mientras tanto, la industria de fórmula comercial infantil se vale de la inseguridad de las mujeres y las familias. Pues, las fórmulas comerciales infantiles, al menos en 2020, invirtieron entre 2.600 y 3.500 millones de dólares en comercialización.
Las percepciones erróneas que madres y familias tienen sobre la lactancia materna, alentadas por las estrategias de marketing pueden evitarse y tratarse y con el soporte y difusión adecuados. Por esto, los autores de esta serie, hacen un llamado para que la lactancia materna, como elemento esencial en el desarrollo humano que es, sea responsabilidad colectiva de la sociedad, y como tal, se fomente y se cuide de manera eficiente.
“Las mujeres necesitan apoyo para poder mantener la lactancia materna al mismo tiempo que tienen la libertad y el apoyo para seguir participando en otras áreas de la vida como elijan, como la educación y el empleo” demanda el primero de los tres artículos. Además, esta serie expone terribles cifras sobre mujeres trabajadoras en todo el mundo que no tienen una protección adecuada de la maternidad, imprescindible para las mujeres lactantes.
Por otro lado es insuficiente la promoción y garantía a la lactancia materna en los sistemas de salud, es causado por personal con formación inadecuada, a la carencia de cuidado obstétrico de calidad, la influencia estructural para el consumo de fórmula comercial infantil, a inversiones insuficientes y a que la maternidad se le adjudica únicamente a la mujer.
Es momento de que colectivamente nos responsabilicemos de la lactancia materna, empezando por informarnos y corregir todas las creencias que sólo favorecen la riqueza económica de algunos, y pone en riesgo la salud y el desarrollo de todos y todas.