La inteligencia artificial hace honor a su nombre. Realiza funciones de inteligencia y su identidad es artificial. Los especialistas la definen como inteligencia generativa, es decir, capaz de generar soluciones a partir de parámetros repetitivos establecidos. Nada que la programación de la ciencia computacional no hubiera demostrado antes, desde la máquina de Alan Turing. La realidad de esta inteligencia en sentido amplio y analógico, está ahí. Los abogados señalan que ChatGPT es capaz de preparar contratos de alto nivel. Los profesores universitarios reconocen que muchos ensayos y tesis muestran calidad académica más que suficiente. Los publicistas han descubierto que las campañas realizadas por ChatGPT responden bien a los valores de la marca y al claim de experiencia y compra.

ChatGPT nos ha sorprendido a todos por su perfección y capacidad de respuesta, dos ejes claros de toda inteligencia. Pero las empresas de innovación y tecnología llevan trabajando en decenas de plataformas que ya habían impactado. Como señala la revista Forbes de Argentina, también están en plena efervescencia plataformas de texto, imagen, video, música como Dall E-2, Lumenes, Soundraw, Looka, Muro, Fireflies, Krisp, entre otras. Es curioso que la inteligencia artificial nos provoque miedos irracionales cuando realmente nos debería ubicar en la realidad innovadora de la inteligencia humana que piensa, soluciona, enfoca y proyecta.

A finales de los ochenta, ya se hablaba en mis clases de filosofía sobre la causalidad e intencionalidad de la inteligencia artificial, es decir de su capacidad de generarse a sí misma y de enfocarse con sus propios fines.

Tenemos que partir de que el cambio generado por estas plataformas y particularmente por ChatGPT impactará en los planes de comunicación y marketing, en el desarrollo de textos valiosos, en el concepto de examen universitario, en la presentación de elementos creativos.

El mundo de la comunicación y del marketing recibe un reto. Promueve una exigencia que se estaba diluyendo y pone muchos tópicos en su verdadero lugar. El copy-paste tan recurrente recibe una zarandeada notable y requiere de una reflexión filosófica y estratégica profunda. Llegamos de nuevo al puerto de la preguntas dejando a un lado los slots de las respuestas facilonas.

La inteligencia artificial como inteligencia generativa podría formar parte de un nuevo tipo de inteligencia, dentro de las ya consideradas clásicas: lógico-matemática, espacial, musical, emocional, interpersonal, intrapersonal, corporal – cinestésica, lingüística. Sería complicado encasillar a esta inteligencia artificial que vive entre lo digital y lo algorítmico, en cualquiera de estas ocho; en parte no se puede encasillar, en parte las contiene a todas y en parte sobrepasa en algo a cada una.

Esta inteligencia artificial con un amplio componente digital tiene mucho de existencial, de transformadora, de provocadora, de propositiva. Tras ella, existen personas caracterizadas con alguna de las inteligencias mencionadas.

Las realidades de esta inteligencia están ya presentes en el mundo empresarial, profesional, universitario, legal y en todo lo que se presente. Los retos son muchísimos y en algunos países han establecido prohibiciones de uso. Sería mucho más significativo trabajar y contribuir a una legislación abierta y a una ética constructiva y eficiente; pero también es cierto que lo seres humanos y nuestras creaciones requieren de ciertos límites. Los primeros días de ChatGPT y herramientas similares deben haber producido la misma sensación que cuando nuestros antepasados descubrieron el fuego, la rueda o en tiempos más recientes internet y los smartphones.

La comunicación como una de las ciencias más humanas recibe un impulso insospechado de todas estas herramientas. Nuestras abuelas sentían un misterio tremendo al ver la llegada de una fax, hoy la llegada de la inteligencia artificial con acta de nacimiento propia nos invade y casi nos supera. Pero también nos humaniza. Nos permite comunicarnos de una manera más eficiente, separar adecuadamente lo repetitivo de lo creativo, la forma del fondo, el presente del futuro, la realidad de la visión, la visibilidad de la reputación, la cantidad y la calidad, la repetición de mensajes y la influencia. Todo esto y también ilumina muchas conversaciones que cada cierto tiempo se cargan de rutina.