Fui uno mĆ”s de los 40 mil asistentes a los recientes conciertos de Guns NĀ“Roses en la Ciudad de MĆ©xico. Una de las ultimas bandas de Glam Rock de los aƱos ochenta. Al llegar y ver reunida por el llamado de la tribu a muchos como yo, pasaron por mi cabeza muchas reflexiones. Guns NĀ“Roses es una banda musical de lo que hoy llamarĆamos Glam Rock o Hard Rock. Un gĆ©nero musical que atrapĆ³ a muchos jĆ³venes como yo, desde 1985.
Estos californianos de Los Angeles realmente fueron verdaderos lĆderes de opiniĆ³n e influenciadores para todos esos adolescentes problemĆ”ticos de la GeneraciĆ³n X del mundo occidental que consumĆamos mucha mĆŗsica, muchos medios y muchas experiencias off lineĀ -aunque no revelarĆ© mi edad, les cuento que ni celulares habĆa en aquellos tiempos-.
La generaciĆ³n que llamarĆ© a partir de aquĆ GeneraciĆ³n āGuns NĀ“Rosesā nos quedamos en el viaje. Como atrapados entre una dimensiĆ³n imaginaria de los aƱos ochenta y hasta finales de los noventa. Fuimos jĆ³venes que vivimos buenas y malas experiencias de vida que nos marcaron. Ya el arranque del 2001 se encargarĆa se sacudirnos y ponernos en nuestro lugar y hacernos aterrizar en la realidad a punta de golpes y pruebas de vida.
ĀæQuĆ© pasa hoy con todos esos jĆ³venes que hoy en dĆa tienen entre 35 y 45 aƱos de edad? Pasan muchas cosas y observarlos nos puede ser de gran ayuda para entender mejor sus formas de consumo y comportamientos en el mercado de las marcas.
La Ćŗltima vez que vi a Axl Rose -lĆder y vocalista de Guns NĀ“Roses- fue en una cotizada suite del antes llamado Hotel Nico en la zona hotelera de Polanco en la Ciudad de MĆ©xico. Mi ex novia se habĆa colado entre una veintena de jĆ³venes reclutadas para una fiesta privada con los mĆŗsicos e Ćdolos por los majadores de la banda despuĆ©s de un buen concierto y una visita al legendario Bull Dog -Club de moda en MĆ©xico desde finales de los aƱos ochenta y hasta el 2000-. Me llamĆ³ a llamĆ³ a media noche a mi telĆ©fono fijo -repito, no tenĆamos celulares- ya que estaba adentro, me invitĆ³ a la fiesta privada con groupies en el hotel donde se hospedaba la banda. Contar lo que vi y vivĆ esa noche llegarĆa a una novela corta que podrĆ”n imaginarse ustedes cuando juntan al rock, los medios y el hambre de experiencias off line. Era el inicio de los aƱos noventa y Guns N`Roses se colocaba como una de las mejores bandas de Rock que generaba gran contenido en los medios y llenaba espacios vacĆos de liderazgo con tanta gente y con mucha hambre de Ćdolos que demandĆ”bamos que alguien nos recomendara un camino por donde ir. Muchos, en aquella Ć©poca, Ć©ramos jĆ³venes sin rumbo que sĆ³lo consumĆamos experiencias de vida y nada mĆ”s.
Hoy, estos jĆ³venes. Somos en algunos casos y generalizando, somos cuarentones que estamos sacudiĆ©ndonos de fracasos y Ć©xitos anteriores. Le estamos colocando estructura y rumbo a nuestra vida. QuizĆ” tarde pero lo estamos haciendo. De hecho existe un fenĆ³meno reciente de nuestra generaciĆ³n que resumirĆa en pocas palabras:
Nos quedamos pasmados en vivir sĆ³lo experiencias off line, sacudirnos, volver a la realidad y quizĆ” este sea un ciclo interminable de mi generaciĆ³n. Somos padres por primera vez ya como adultos maduros y pensamos que todos nuestros pecados y tropelĆas serĆ”n perdonados y redimidos con la nueva paternidad como por arte de magia. Seremos perdonados por nuestros errores del pasado con nuestros hijos de hoy. Somos una mezcla como consumidores del resultado de meter en una licuadora a un adolescente rebelde, un adulto maduro con nuevas responsabilidades y cargas de estrĆ©s, un liderazgo pasivo con poca jerarquĆa, una pizca de anarquĆa, crisis de identidad y bĆŗsquedas interminables de respuestas que quizĆ” nunca se agotarĆ”.