Una de las industrias consolidadas como parte de los cimientos de la economía mexicana es la automotriz, ya que representa el 3 por ciento del Producto Interno Bruto. A raíz del Tratado de Libre Comercio, México se convirtió en un exportador de productos automotrices con impacto global.
Los diversos tratados firmados, permitieron que el comercio automotriz mexicano se diversificara en 46 destinos. Sin embargo, la industria automotriz mexicana depende en gran medida de su principal consumidor: el mercado estadounidense. De acuerdo con la AMIA, el 2016 cerró con 86 por ciento de las exportaciones a EEUU.
En lo que va del año, el saldo superavitario de México incrementó 11.7 por ciento, según datos del Buró de Censos Estadounidense, alcanzando 47,388 millones de dólares. De esta manera, México se convierte en el segundo país con el que EEUU. tiene mayor déficit comercial, después de China. Cabe señalar que Ford, la primer empresa que retiró parte de su inversión en el país cayó de la cuarta a la quinta posición en exportaciones totales después de nueve meses.
Juan Cortina Gallardo, presidente del CEAL en México, sugiere que ante las consecuencias que puedan traer las medidas proteccionistas de Trump, es necesario y urgente fortalecer la relación con otros mercados. De acuerdo con datos del AMIA, se exportan en promedio más de 479 mil unidades al año para mercados ajenos al país vecino (Europa, Asia y África) y esta cifra puede incrementar.
En cuanto a importaciones, las compras de unidades nuevas del exterior aumentó entre 2011 y 2016 a un ritmo promedio de 33.8 por ciento anual. Al cierre del 2016, de cada 10 automóviles 3 se compran en el mercado nacional, 5 son de Asia y sólo 2 de EEUU.
El mercado mexicano se ha mantenido en crecimiento en los últimos siete años. Entre 2010 y 2016 la venta interna de autos nuevos creció a un ritmo de 11.5 por ciento en promedio anual. Lo que representa una oportunidad para que la industria abastezca la demanda local.