Durante la vida nos encontramos en situaciones en las cuales debemos cerrar círculos para dar paso a nuevas aventuras y experiencias, esto se presenta en ambientes escolares, familiares, laborales, de amistad y obviamente de pareja.
El cierre de esos círculos viene por la bifurcación de horizontes, intereses, motivadores, objetivos, sueños, entre otros, dando pie obviamente a la incompatibilidad.
Una relación (de cualquier tipo) debe de sumar, de construir, más no restar y mucho menos provocar variaciones y oscilaciones emocionales que den como resultado la inestabilidad o desequilibrio constante de estar en un punto de disfrute y placer, pasar en corto tiempo a disgusto, desagrado, enojo e inconformidad, y peor aún a la falta de respeto y agresión (física, verbal, emocional, social, etc).
La incompatibilidad no solo puede presentarte por esa decisión de tomar caminos diferentes debido a que estamos buscando horizontes que no tienen puntos en común, puede deberse a malos entendidos y desacuerdos por errores en la codificación del mensaje,( ya había citado en una colaboración pasada algo al respecto), creo que la mayoría de dichos desacuerdos se pueden solucionar siempre y cuando exista compromiso, voluntad y respeto, considerando de entrada que el conflicto o mal entendido es de dos, así que el sumar personas podría denotar una falta de decisión, carácter y responsabilidad por las acciones y los hechos realizados por uno mismo, al final de cuentas en un sentido estricto, la otra persona nos hace daño siempre y cuando nosotros lo permitamos y para ello, fuimos responsable de haberle dado entrada o conocerle.
Si hemos tomado la decisión de terminar un ciclo de una relación personal, no es sano aferrarse a un ciclo que ya terminó y a una historia que no pudo ser, ya que si hubiera sido posible y fructífera, no hubiese terminado, al contrario, continuaría in crecendo.
Factores como la baja autoestima y la soledad pueden jugar en contra haciendo espejismos de falsas esperanzas pensando que la relación va a cambiar, en sentido real todo cambia dado a que las condiciones cambian, pero el cambio de una conducta requiere de un programa de apoyo y soporte, no solo con un buen deseo y palabras expresadas se realizará.
Me viene a la mente una muy buena amiga que según ella había decidido cambiar de página a su relación (la cual por cierto, fue terminada por su pareja), de entrada inicio su proceso de duelo, pero no ha logrado desprenderse y aceptar que si la otra persona ha decidido dejarnos, es porque no somos lo suficiente para su expectativa y por tanto no tenemos un valor absoluto toda vez que ha decidido terminar (y es comprensible) así que razonemos qué el ciclo ha finalizado.
Un “se terminó” debe ser un cierre de ciclo no un “vamos a ver qué sucede” dicen el vox populi que segundas partes nunca son buenas, la inseguridad, la soledad y la baja autoestima nos limita a que podamos iniciar nuevas aventuras, ver nuevos horizontes o incluso, que ingrese una persona, ya que los recuerdos son un pegamento para no desprendernos y nos ocupa un espacio en nuestra mente, por lo cual debemos aceptar y despegar (literal) todo recuerdo, contacto y comunicación que provoque un posible sentimiento de extensión de deseo o añoranza.
Debemos preguntarnos ¿Qué aprendí en la relación que se termina? Siempre se aprende algo nuevo, si no aprendemos, la vida nos vuelve a presentar la misma prueba una y otra y otra vez hasta que la pasemos, por algo el famoso proverbio de “el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra”.
Así que, cerremos ciclos, desprendámonos, entendamos y aprendamos.