Una vez que el líder de una organización se hace consciente del impacto que tienen sus decisiones, las pequeñas acciones y los gestos que tiene con sus empleados y colaboradores, es cuando realmente se puede apostar a un trabajo organizado y estructurado.
Los primeros días de un emprendimiento, como ya lo he comentado en columnas anteriores, son fundamentales para crear el plan de negocio y establecer la oferta de valor que vamos a ofrecer a los clientes. Pero también es el momento donde se crea la impronta y su vocación de trabajo, y con este término me refiero justamente a ese sello con el cual los colaboradores se van a comunicar y unirán las sinergias para cumplir los objetivos de la compañía, no importa si se trata de dos, ocho, 20, o más de 100 personas.
No hay una forma más poderosa para alcanzar un objetivo que cuando se alinean las personalidades, las estructuras y los cargos en sólo propósito. Pero este modelo no es algo que ocurra espontáneamente; debe ser promovido desde la misma cultura organizacional de la compañía y que además sea incentivado y guiado por parte de los líderes de la organización. De otra manera, tan sólo será un efecto casual y que estará destinado a desaparecer apenas cambien las condiciones del proyecto, o las personas sean reemplazadas.
El trabajo en equipo no sólo es un deseable en una organización, sino que encarna una necesidad inquebrantable, que está presente en la misma forma como se define el tipo de producto o servicio que se va a ofrecer a los clientes. En diferentes oportunidades los emprendedores invierten una gran cantidad de tiempo en medir e interpretar el comportamiento del mercado, la forma como la competencia actúa y en las proyecciones que se pueden a conseguir, pero no siempre se analiza lo que sucede hacia dentro de las organizaciones.
Hoy el sector empresarial y productivo se debate sobre el verdadero camino del teletrabajo y si realmente le conviene a todas las organizaciones implementarlo, pronto y sin mayor prevención dejamos atrás algunas de las grandes lecciones que nos dejaron los días de pandemia y aislamiento preventivo en nuestros países.
Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destacó que, anterior a la pandemia, sólo un 20% de la fuerza laboral en Estados Unidos y menos del 2% en América Latina utilizaba el modelo home office. Sin embargo, un reporte de Adobe Forrester mostró que el 67% de la fuerza laboral en el mundo convirtió al trabajo remoto y otro 39% de las empresas resaltaron que lo adoptarán el teletrabajo de forma permanente.
Producto de los diferentes cambios en la forma como las empresas y los emprendimientos se ajustaron internamente para mantenerse operativas y activas a lo largo de estos dos últimos años, el concepto de trabajo en equipo también se modificó y hoy gracias a la aplicación de la tecnología y el uso de diferentes herramientas colaborativas muestra la necesidad de incorporar habilidades y destrezas en el día a día laboral, para comunicarse con entre los diferentes colaboradores, asignar y desarrollar tareas específicas, autogestionarse y hasta para reportar metas y objetivos.
Hace algunas semanas mi equipo de trabajo me presentó una propuesta para la fabricación de algunos artículos deportivos, y tan pronto como vi las dos primeras propuestas de balones, les pregunté si ese trabajo lo habían hecho en equipo; si habían revisado en conjunto todas las propuestas que me iban a presentar y si habían seleccionado lo que a la mayoría le parecía las mejores opciones. La respuesta fue que no, solo algunos habían participado.
Les respondí que no iba a seguir viendo más opciones y que esperaba a que se reunieran e hicieran un real trabajo en equipo. Al retirarme de la reunión, la cual era virtual, supe que todos se quedaron trabajando e hicieron una tormenta de ideas para presentar lo que a cada quien le parecía los mejores diseños. El resultado fue de tal manera productivo que en la próxima reunión me quedé gratamente sorprendido por las propuestas, y alguien me dijo que gracias por haberles obligado a trabajar en equipo.
Quisiera destacar algunos de sus beneficios para los emprendimientos de promover este práctica y que así les sirva de estímulo para llevarlo a cabo.
- Estimula la creatividad: Fomenta la creación de ideas y permite dar con soluciones diferentes a los problemas, cuando son compartidas cobran valor especial porque motiva el trabajo incluyente en todo equipo.
- Aporta diversos puntos de vista: Este punto ayuda a darle un enfoque diferente al proyecto, en el trabajo en equipo se ponen en común diferentes opiniones de cada uno de los miembros para llegar a una conclusión.
- Genera compromiso con los tiempos: A la hora de trabajar en equipo se establecen compromisos y tareas que los colaboradores deben cumplir; así, se mejora la productividad empresarial.
- Mayor motivación: Permite tener un propósito común para todos los colaboradores, hay que trabajar bajo una misma dirección lo que implica compromiso y comunicación durante el proceso. Si algún integrante pierde la perspectiva, rápidamente encuentre de nuevo la motivación para continuar con el proyecto.
- Mejora de las relaciones interpersonales: El trabajo en equipo fomenta la comunicación entre los equipos y, en consecuencia, ayuda a impulsar las relaciones profesionales.
- Disminuye las estructuras jerárquicas: Con el trabajo en equipo, las jerarquías son más flexibles y participativas, lo que contribuye a generar una sensación de pertenencia hacia la empresa
- Cambia los niveles de estrés: En algunas ocasiones podemos estancarnos en una tarea, lo que nos dificulta avanzar en el proyecto y, por ende, la frustración por no dar con la solución se intensifica. Si trabajamos en equipo, será más sencillo identificar el problema, resolverlo y continuar trabajando, lo que resultará más beneficioso para todas las partes.
No quiero terminar sin recordar un aspecto muy valioso. El espíritu más genuino del trabajo en equipo sigue siendo en esencia el mismo. No es posible exigir el máximo compromiso y desempeño a los colaboradores, sin antes haber transmitido empatía por la actividad que realizan y por el ser humano que está detrás.