Mucho se ha escuchado de la gran influencia que el arte popular mexicano ha tenido en la industria global de la moda en los últimos años, pues más de un diseñador de moda ha hecho suyos los colores y las formas mexicanas para enriquecer sus creaciones.
La semana pasada, el Museo Soumaya fue testigo de un evento de características inéditas en nuestro país, pues Dolce & Gabbana presentó su colección de Alta Moda, inspirada precisamente en la cultura mexicana.
El hecho de que una de las marcas de moda de mayor nivel se deje permear sus diseños de una inconfundible gama de colores mexicanos, habla de la importancia que está cobrando nuestro país en la alta moda internacional, como inspiración, pero también como cuna de creadores que aprovechan lo más rico de la cultura indígena y mestiza mexicana, algo que no sólo es hermoso, sino que mercadológicamente es un acierto.
Sin embargo, el atrevimiento de la explosiva pareja conformada por Domenico y Stefano no es el primer intento ganador de tomar lo mejor de las formas y colores de México para plasmarlo en tela; Jean Paul Gaultier, por ejemplo, se ha inclinado por la parte más kitsch de lo mexicano y se ha inspirado en la lucha libre y el mariachi, aunque también en la estética de Frida Kahlo y el Día de Muertos.
Por su parte, los creadores de botas Dr. Martens (en colaboración con la mexicana Children Of Our Town) tomaron como inspiración las coloridas flores de la zona de Xochimilco, en una interesante mezcla de rudeza grunge con delicadeza floral del sur de la Ciudad de México.
La italiana Alberta Ferretti hizo lo propio en 2014 y presentó una propuesta de prendas de lino blanco bordados de colores, inconfundibles en el folclor mexicano.
Sin embargo, lo que aquí menciono es una breve lista de diseñadores, a la que podemos sumar a Christian Lacroix, Valentino Resort, Naeem Khan Ready to Wear, Kate Spade y Givenchy.
Christian Louboutin también ha encontrado no sólo la inspiración en lo mexicano, sino la colaboración de los originales creadores de la artesanía de nuestro país. El francés ha echado mano de los maestros artesanos mexicanos para dotar de elementos originales a sus bolsas y zapatos.
Aunque casi en la mayoría de las ocasiones, las colecciones emplean elementos que pudieran considerarse un cliché mexicano para el mundo (el mariachi, Frida Kahlo, el tequila, la charrería y las máscaras de lucha libre), ser la inspiración de los grandes maestros de la alta costura mundial resulta un orgullo para cualquier mexicano que se reconozca como admirador de los vivos colores de nuestro folclor.