Hoy en día es muy común que las estrategias de mercadotecnia se basen en grandes segmentaciones tanto actitudinales como demográficas, dentro de una región o país en particular. Sin embargo, como profesionales de la industria jamás debemos cometer el error de generalizar y de creer que nuestras estrategias tendrán el mismo eco en todas las personas con las que estamos generando un acercamiento.
Actualmente, contamos con fuentes de información georeferenciada y con bancos estadísticos que nos pueden ayudar a identificar micromercados. Éstos pueden definirse como todos los elementos circundantes dentro de un área de influencia de una ubicación física o incluso digital.
De esta forma podremos tener un conocimiento panorámico del propio mercado meta, con sus inquietudes, sueños, expectativas y emociones, dentro de la mencionada área de influencia de la marca y saber cómo se comporta en coexistencia con los facilitadores y competidores directos e indirectos.
Es así como dicha información será una valiosa herramienta a la hora de adaptar nuestras estrategias o implementar acciones de marketing dirigido o de guerrilla, así como en el desarrollo de modelos de implantación inteligente, lo que nos permitirá llegar con mayor fuerza a los diferentes tipos de consumidores y a ubicar los mejores canales para transmitir nuestros mensajes de forma eficaz.
Un ejemplo claro lo tenemos dentro del sector financiero cuando una institución decide abrir una sucursal. Este movimiento puede resultar crucial para alcanzar las metas de negocio de una institución como un banco o una aseguradora, por lo que debemos darnos a la tarea de buscar aquellos puntos o polígonos donde haya mayor concentración de nuestros consumidores objetivo; mayores facilitadores o aceleradores, como establecimientos relacionados o de alta afluencia; así como la menor presencia de los competidores, a fin de participar en mercados virginales preferentemente.
Sin embargo, no toda la decisión se debe dejar a los grandes números o algoritmos. Por ejemplo, si hablamos de un espacio físico, es importante conocer las características de las zonas y espacios disponibles que se adecúen al modelo de negocio o atención que queremos instalar; mientras que en el caso de una estrategia de comunicación es vital conocer las inquietudes personales de nuestros usuarios.
Cabe destacar la enorme oportunidad que tiene México en cuanto a facilitar el acceso a fuentes de información para empresas de diversos tamaños y sectores, adicional al robustecimiento de las áreas internas de obtención de información, que pueden nutrirse con un seguimiento constante del clima y la demografía, y las dinámicas generadas en redes sociales.
La mercadotecnia moderna exige la implementación de modelos enfocados al cliente, dado que la finalidad es facilitar el acceso del usuario a la oferta de soluciones. Esto sólo podremos lograrlo con una mayor conveniencia, que resultará en un mayor entendimiento sobre lo que quieren nuestros consumidores.
No debemos confundir la adecuación de nuestra estrategia de comunicación a los distintos entornos y mercados con una alteración del ADN de nuestra marca. Como profesionales de la industria, nuestra labor es aprovechar los puntos de visibilidad y congruencia en un micromercado, de manera que integremos nuestra oferta de forma natural en el entorno y podamos tener una presencia sostenible.