En 2018 fue el año que la Inteligencia Artificial (I.A.) logró superar la paridad humana en reconocimiento del lenguaje natural hablado y traducción en tiempo real de conversaciones. Es decir, la capacidad de una máquina de articular discurso hablado. Evolutivamente, será la I.A. será quien provoque el aceleramiento de su uso en acciones como servicios cognitivos, visión artificial, comprensión lectora, lectura de labios, de venas, la voz y el habla.

Existen empresas de telecomunicaciones que hoy están cambiando su giro de tecnología mutaron a vender datos, para todo tipo de proyectos comerciales y sociales. Se convierten en Data-céntric y toman Date-driven decisions.

Durante años, nosotros hemos aprendido de la tecnología, ahora la I.A. está aprendiendo de nosotros. La I.A. busca la paridad humana acercándose a nuestras características esencialmente humanas. Es un hecho que se está acelerando la cercanía entre la sociedad digital y el mundo físico.

Las huellas dactilares son difícilmente superables ya que ofrecen un nivel de certeza muy preciso. Entre los principales sistemas biométricos de seguridad, están la prueba de vida con facematch y la biometría dactilar tipo touchless.

Ciertamente, nadie tiene una seguridad hermética y menos, cuando las bases de datos tienen un valor tan alto. Los ataques cibernéticos cada día son más, y la labor de las compañías que capturan los datos, y los venden al mejor postor, cada día más activas. Cualquiera que haya enfrentado un robo de identidad, sabe lo difícil que es aclarar estos delitos.

Imaginar por un momento, que sean comprometidos nuestros datos biométricos y sean utilizados a su vez para cometer otro tipo de delitos es muy delicado. No es lo mismo, el uso de una contraseña a una huella digital, basada en datos biométricos. Las cifras reportadas tan sólo en México, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Defensa y Protección de Usuarios (CONDUSEF), a lo largo de 2021, fue de 2 millones 745 mil 738 fraudes cibernéticos.

Para el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales -INAI, los datos biométricos “son las propiedades físicas, fisiológicas, de comportamiento o rasgos de la personalidad. Estas son atribuibles a una sola persona y que son medibles; ejemplo: las huellas digitales, el rostro, la retina, forma de orejas, piel, ADN, el iris, la estructura de las venas de la mano.

El crecimiento de las empresas que asegurarán la seguridad digital, la validación de identidad, creando seguridad cibernética de las empresas o personas, va al alza y los vacíos legales son enormes, a nivel mundial. “Sin mecanismos adecuados de seguridad, seremos blancos perfectos para estafadores y hackers que busquen dañar a los usuarios. La biometría debe estar al centro de estrategias de prevención de riesgos y amenazas”.

Los grandes cuestionamientos: ¿Quién guardará y archivará estos datos digitales, quien será el dueño de esa huella digital que ahora incluirá los datos biométricos? ¿Quién sancionará a quien haga mal uso?, ¿Cómo lograremos una sociedad digital que brinde seguridad a los usuarios y certeza jurídica?

Las empresas deben verse obligadas por ley a devolver los derechos al usuario sobre qué hacer con sus datos digitales, ¿podemos suponer que habrá supervisión sobre los datos biométricos aún más sensibles?