Andrés Manuel López Obrador (AMLO) llamó este miércoles a sus simpatizantes a contrarrestar la “guerra sucia” y las “campañas negras” en su contra.
El llamado no es algo novedoso por parte del candidato si no el formato, ya que pidió hacer uso del ingenio y la alegría con el fin de crear mensajes y memes sobre ética y moral para “terminar de desenmascarar a esos corruptos”.
“Quiero a ustedes a las redes sociales que nos han ayudado tanto que sin perder la cordura, con respeto, hagamos una contracampaña para denunciar esta guerra sucia y terminar de desenmascarar a esos corruptos, que queden desnudos porque no tienen ética ni moral. Ahí les encargo que me ayuden”, señaló el tres veces aspirante presidencial.
Agregó que los menajes que se difundan se hagan sin insultos pues “nosotros estamos luchando con principios ideales, con nuestra moral en alto; lo que queremos es acabar con la corrupción y que el gobierno represente a todos los mexicanos”.
El político tabasqueño hizo el llamado a través de un video que publicó en sus cuentas de Facebook y Twitter, los cuales han generado más de un millón de reproducciones, cerca de 80 mil reacciones y alrededor de 45 mil respuestas.
Las estrategias basadas en debilitar, desprestigiar y vulnerar al contrincante político, se convirtieron en el eje central de las campañas electorales offline. Los ataques constantes y el intercambio de acusaciones por corrupción entre los candidatos contrastan con la ausencia de propuestas.
El año 2004 se toma como una referencia en México, dado que la televisión abierta mostró en uno de sus noticieros con más audiencia “cómo un político recibía dinero por parte de un empresario”.
La novedad de la neurocomunicación en el marketing político es observar cómo actúa la gente ante la publicidad política, cómo se explotan las emociones que puedan dirigirse al cerebro y detonar una actitud en pro o en contra de cierta persona o acción.
La guerra sucia se basa en este aspecto, sobre todo tomando como canal de difusión a las nuevas tecnologías de información.
Durante 2018, las campañas electorales también se libran en internet y las redes sociales, donde los políticos se dicen de todo, porque la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales no contempla la regulación de dicho medio.
La “intromisión” de los llamados “colectivos troll” se hacen cada vez más presentes en la campaña. El asunto se muestra delicado y los equipos de estrategia política demuestran lo vulnerables que están las tendencias digitales ante grupos que pueden desestabilizarlas y cargarlas a favor de un contendiente o en contra del otro.