Santiago, Chile.- Solemos engolosinarnos con el mundo de las ideas. Claro, es lo que nos mueve y nos convierte en seres creativos, pero si esas ideas no tienen “eso” que se necesita para llegar al consumidor potencial, podemos ahogarlos con cientos y miles de contenidos, pero no conseguiremos el resultado esperado: que se interesen por nuestro producto o servicio y, aún mejor, que se enamoren de él. Pero ¿cuál es la gran clave para el éxito de tu próxima campaña?

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Ya te habrás imaginado de qué hablamos, porque es un tema que, de diversas formas, ha sido tratado muchas veces. Hablamos de marketing emocional. Sí, para tener éxito, la gran clave es apelar a los sentimientos de las personas, aquellos que provocan sensaciones agradables y familiares, eso que los lleva a un mundo más grato, más cálido que el que viven en la realidad. Pero también puede provocar otros sentimientos…lo importante es que genere conexión emocional.

Emociones y valores fundamentales para el ser humano, cuando se muestran de forma creativa, generan una cercanía imposible de conseguir sólo con “ideas” al presentar un producto o servicio. Esa es la base de marketing emocional, el que ha venido ganando espacio por décadas. Al final, lo que el público hace es consumir emociones, para recordar  (re vivir la experiencia) o para mejorar su percepción de la vida.

Mientras que hace unos años se potenciaba las ventajas prácticas de los productos y la consecuente seguridad que éstos podían implicar, hoy la necesidad imperante es conmover el alma. El posicionamiento estratégico de una marca, por tanto, es llegar más que a su comprensión, directamente a su corazón. Y ¿Cuáles son los factores a los que se apela? No son todos positivos, claro está, pero todos tienen una fuerza innegable: amor, ternura, pasión, sexualidad, felicidad, miedo, orgullo y hasta culpa, entre otros.

¿Con qué vas a relacionar tu marca para el éxito de tu próxima campaña?