-
7 de cada 10 miembros de la Generación Z dicen que están felices, según el estudio.
-
De acuerdo con una encuesta, México es el país de toda Latinoamérica donde existe una menor preocupación por el estrés mental.
-
Hoy en día, la llamada Generación Z es la que ha decidido priorizar la salud mental por encima de la remuneración económica, según detalla un estudio.
La Generación Z, aquellos nacidos entre mediados de los años 90 y principios de los 2010, se encuentra en el punto de mira cuando se trata de su felicidad en el trabajo. Un estudio reciente de Gallup, en colaboración con la Walton Family Foundation y el Dr. Arthur C. Brooks, ha arrojado luz sobre la relación entre la felicidad y el empleo en esta cohorte de jóvenes adultos.
Los resultados revelan un panorama interesante: si bien la mayoría de los encuestados informaron cierto grado de felicidad, este sentimiento parece disminuir a medida que atraviesan la transición hacia la adultez. Específicamente, aquellos que se encuentran entre las edades de 18 y 26 años muestran una tendencia preocupante hacia una menor satisfacción con sus vidas en comparación con generaciones anteriores en el mismo rango de edad.
Lo más llamativo es la importancia atribuida por esta generación a aspectos más allá del salario en el lugar de trabajo. Si bien el dinero sigue siendo un factor importante, hay que tener en cuenta que hoy en día los jóvenes también valoran en mayor medida otros aspectos, como el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, así como un sentido de propósito en lo que hacen.
Sin embargo, esta búsqueda de significado se ve desafiada por una serie de obstáculos, entre ellos, un mercado inmobiliario con precios que parecen estar en las nubes, dejando a muchos jóvenes con ingresos insuficientes para acceder a la vivienda propia. Este dilema plantea preguntas sobre la viabilidad económica de las aspiraciones de la Generación Z y cómo afecta su bienestar general.
Si bien la Generación Z muestra una tendencia hacia una búsqueda de satisfacción más allá de lo meramente monetario en el trabajo, se enfrenta a vario desafíos económicos y estructurales que pueden obstaculizar la realización de sus objetivos y, en última instancia, afectar su felicidad y bienestar.
Precisamente, un reciente estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado que, en México, más del 70 por ciento de los trabajadores sufre de estrés laboral o “burnout”.
Vale la pena destacar que, según lo reportado por la OMS, México está por encima de Estados Unidos y China en tema de estrés causado por el trabajo.
En ese sentido, el panorama laboral en México está experimentando un cambio notable, marcado por un creciente deseo entre los trabajadores de buscar nuevas oportunidades profesionales. Este fenómeno se refleja en un aumento significativo en el número de personas que consideran cambiar de empleo en el corto plazo.
En efecto, el impacto de la pandemia de COVID-19 ha influido en esta tendencia, ya que ha puesto de manifiesto la importancia de la estabilidad laboral y la adaptabilidad ante circunstancias cambiantes. Muchos trabajadores han reevaluado sus prioridades y aspiraciones profesionales durante este período, lo que ha contribuido a un mayor interés por explorar nuevas opciones laborales.
Las empresas, por su parte, se encuentran ante el desafío de retener a su talento humano en un entorno cada vez más competitivo.