Siempre he reiterado en este espacio que la generación X -los que nacimos entre 1965 y 1979-, somos una generación perdida, carente de liderazgo, perdidos en el anonimato pasivo. Fuimos una generación teledirigida, manipulada e influenciada por la TV y los influenciadores que salían de esta. Nuestra personalidad, hasta hace poco, era pasiva, aletargada y dispersa. Basta con hacer un poco de investigación y entramos en cuenta de que existen muy pocos líderes de opinión o iconos mundiales de la generación X. Nos pisotearon los Babybbomers y nos rebasaron los de la generación Y Millennials.
¿Para qué servimos la generación X? A veces pienso que sólo para ser expertos melómanos, creadores de conceptos musicales icónicos y como un eslabón perdido, un puente generacional transitorio para ser pisado por las generaciones que vienen y por los anteriores que son dueños del dinero. Triste o no, es es la realidad de esta generación perdida y que hasta hace poco no tenía esperanza y estaba Lost in Translation. Hasta hace poco el panorama se veía así pero desde hace cinco años ha cambiado. La aletargada generación X despertó de diferentes formas y muy a su manera. Poco a poco han salido del clóset, sin un sentido explosivo y a su manera pasiva pero siendo contundentes. Detecto algunas formas que aquí les cuento:
1. Se han re definido como activistas de la preferencias sexuales auténticas. Basta ver. Sólo observemos la cantidad de contenido transexual de los ahora líderes de opinión transexuales como Caitlyn Jenner que inundan los programas en cable y las portadas de moda que antes eran para mujeres glamorosas, ¿será por esto que nuestra generación amaba las bandas de Glam rock como Guns and Roses o Poison? Maquillados y peinados como mujeres.
2. La vinculación como seguidores y aliados de las nuevas generaciones en carácter de fans o groopies. Cada día es más visto que se infiltran en movimientos creados por las nuevas generaciones.
3. Como consumidores de productos o servicios exóticos, como si así se pudiera recuperar el tiempo perdido por no construir una identidad auténtica. A la generación X le urge vivir experiencias y recuperar el tiempo perdido por vivir sin identidad. Fue mucho tiempo, cerca de veinte años. Parecían zoombies programados para vivir, hacer y copiar esquemas y estructuras. Qué triste.
Todo esto pasa cuando no vives y creas tu propia identidad, ¿Cómo se empieza? Preguntándote a ti mismo quién eres, por qué eres como eres, qué te gusta y qué no te gusta, etc. Vivir sin identidad es como ser un autómata y esto provoca hacer como que vives sin vivir.