Parte también de la mercadotecnia es cosechar conversaciones de la gente de a pie. Lo que se habla en las charlas de café, en las sobremesas, etc.Hace poco escucho de forma muy frecuente un debate entre madres y padres de familia sobre los beneficios o riesgos de que los médicos prescriban Ritalina a niños.
El metilfenidato, también abreviado como MFD, es un medicamento psicoestimulante aprobado para el tratamiento de trastorno por déficit de atención con hiperactividad, síndrome de taquicardia ortostática postural y narcolepsia. La marca farmacéutica que produce este medicamento es Novartis.
No soy padre ni médico, pero estas conversaciones y debates me impulsan a reflexionar como profesional de la mercadotecnia y miembro de esta sociedad, ¿Por qué medicar a nuestros niños tanto? Es como uniformar las emociones y poner un disfraz a las sensaciones, ¿Qué está pasando con nosotros? Que por una parte no somos capaces de entender y contener la intensidad de otro ser humano. Por intereses económicos y de mercas, estamos creando generaciones de zombies -todos iguales, de emociones controladas y grises-. Por falta de tiempo y exceso de información para no vivir de forma orgánica y real.
Más aun, si seguimos medicando a las nuevas generaciones para apagar su emociones reales, el resultado serán clientes ambiguos, silentes e incapaces de expresar su propio sentido de vida. Sin identidad ni elecciones propias. Probablemente apagaremos también la creatividad.
La mercadotecnia no sólo es vender por vender, es parte de la nueva realidad y responsabilidad de los nuevos humanos.