De acuerdo a Moisés Naím: ¨El poder se está dispersando cada vez más y los grandes actores tradicionales se ven enfrentados a nuevos y sorprendentes rivales; además quienes controlan el poder ven más restringido lo que pueden hacer con él.¨
Naím mencionó lo anterior en una obra bajo el contexto del 2013, y hoy a diez años del suceso, es propicio analizar, si la premisa sigue siendo válida o existe una vuelta a la concentración del poder, pues en los hechos observamos, como líderes globales entre los que destacan, Vladimir Putin, Xi- Jinping o el mismo Recep Tayyip Erdogan, que acaba de ganar de nueva cuenta las elecciones en Turquía alargando a más de veinte años su permanencia en el gobierno, han girado su gestión hacia el poder concentrador.
Cooperación y diálogo versus Autoritarismo y control gubernamental.
He aquí el dilema.
Los recientes conflictos entre China y EEUU nos llevan a determinar que estos dos gigantes con posturas encontradas en temas comerciales, territoriales y bélicos, se cierren en sus intereses y comiencen a medir su poder real (uno contra el otro), tirando por la borda la idea de la cooperación o multilateralismo..
En independencia de que nunca se ha guardado el tablero del ajedrez geopolítico en donde se miden los avances de cada país y sus firmes intereses por liderar la esfera pública internacional y extender su dominio, existen algunos integrantes de los cuartos de guerra con intenciones serias de ponerse a dialogar para resolver las urgentes necesidades del mundo.
Veamos un ejemplo de la tesis anterior. Antony Blinken, Secretario de Estado Americano, con su visita a China abrió ciertas esperanzas para lograr un mejor entendimiento entre ambas potencias para sostener un diálogo multilateral en temas relevantes como la guerra en Ucrania, el cambio climático, la estabilidad financiera, la inteligencia artificial, la migración y temas sanitarios.
Alemania, dentro de su rol de país altamente industrializado e integrante del grupo de los siete, ha cabildeado por su parte, con la propia China, para reducir los riesgos y las crisis prevalecientes en el mundo, y bajo el concepto de *Afrontemos juntos los desafíos mundiales*, se reunió con el gigante asiático para parlamentar bajo el más puro estilo de Henry Kissinger, negociar para avanzar.
La misma Francia, con su interés centrado en el cuidado ambiental y auspiciante mayor del acuerdo de París, continuará sus esfuerzos para eliminar los contaminantes y colocar la agenda de la lucha contra calentamiento global en los escritorios de todos los líderes mundiales.
Tal vez la nota discordante en esta lista de acercamientos y trabajos multilaterales, la proporcione Rusia, que con sus afanes de conquista, no ceja en su intención de continuar la guerra con Ucrania enrareciendo la armonía global y perjudicando las economías de cada país.
Cooperación contra autoritarismo.
El mundo necesita un camino cierto.
Nos encontraremos más adelante.
Federico Torres López.
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