Antes de leer este artículo, quiero que te detengas un momento y pienses ¿qué es lo que estás haciendo actualmente para tu felicidad? Sin importar la posición laboral que tengas, reflexiona ¿qué lugar tiene la felicidad en tu vida? ¿para qué o para quién trabajas?
La salud en la actualidad es un tema de suma importancia que se deja en el último sitio, primero es lo que tengo y lo que hago por tener bienes y enseguida es lo que siento y pienso física o anímicamente. Muchas veces damos preferencia al dinero, puestos o posiciones y sacrificamos tiempo con nuestra familia o tiempo para nuestros intereses personales.
En este artículo, quiero enfocarme en el branding que te hará feliz, es decir en el equilibrio que necesitas para tener una vida sana y aunque si bien, no todo es perfecto, el enfoque principal es tener una vida saludable y lo menos estresada posible. Es por ello que te comparto algunos consejos que sin duda si los aplicas te serán de gran utilidad:
Ordena tu vida, tus ideas y trabajo
Trata de mantener siempre el orden en tu vida, trabajo, mente y cuerpo. Limpia siempre lo que esté sucio, depura lo que no te gusta, elimina el desorden y date tiempo para organizarte, ahorrarás más tiempo de lo que crees.
Di siempre lo que sientes y piensas
Es fundamental conocer tus límites, saber qué puedes y hasta dónde, establecer metas fijas a corto, mediano y largo plazo, pero lo más importante es actuar y tener congruencia con lo que dices y haces. Decir lo que sientes y piensas es un punto clave para lograr tus objetivos, el asunto es y siempre será, la forma en la que dices las cosas.
Cuida tus palabras
La comunicación es un elemento fundamental y para ser asertivo en todo momento y evitar mal entendidos necesitas una comunicación clara y directa, no por ello, tienes que ser grosero y mucho menos ofender a terceros, pero sí puedes asegurarte de decir lo que quieres siendo cordial.
Marca límites
Saber decir que no es un elemento fundamental para las personas exitosas. Define en primer lugar quién eres y lo que deseas y respeta siempre esas ideas. Respeta el trabajo, pero también tus relaciones, cumple con tus compromisos y no permitas que se interfieran o se interrumpan esos planes. Haz que incluso las personas que te rodean, respeten los límites que estableces.
Esto incluye si tienes una cita con tu pareja, si vas al gimnasio a cierta hora, si tienes una junta de trabajo importante, si quedaste de ir con tus hijos a cierto lugar, en la medida de lo posible respeta el tiempo para cada cosa que te interesa.
Descansa
Con frecuencia este punto lo damos por hecho y nos creemos todo poderosos, pero la presión y el estrés pueden acabar por colapsarnos. Trabajo siempre habrá y aunque creas que sin dejas de atender un minuto, terminarás, es una mentira. Párate de donde estás, respira 5 minutos, camina, despéjate y después regresa en lo que estabas. Los breaks son importantes en cualquier ambiente, la familia, el trabajo, los amigos, las relaciones, etc.
Un día a la semana, date tiempo, consiéntete y recupera esa energía para seguir adelante.
Recuerda que vida hay solo una y solo tú eres responsable de la felicidad, así que toma las riendas y trabaja en algo adicional: encontrar el balance entre tu tiempo laboral y tu tiempo personal, verás que de esta manera serás mucho más eficiente en ambas partes.