La comercialización de tablets tuvo su auge en 2014 en el mundo, cuando según Statista llegaron a venderse 230 millones. Eran la esperanza de la industria tecnológica y llegaban para desterrar para siempre a las computadoras de escritorio.
Pero eso no pasó, al menos por ahora, poco a poco la demanda global comenzó a estancarse y, en algunos países, a bajar. Mucho tuvo (y tiene) que ver el desarrollo de smartphones más potentes y, especialmente, con pantallas más grandes.
En 2015 se vendieron 200 millones y en 2016 no llegaron a 175 millones de unidades.
Sin embargo, aún queda un oasis para estos dispositivos: Argentina. En efecto, los argentinos siguen comprando tablets y el mercado no deja de crecer. Si bien no sube a las mismas tasas, el aumento en las ventas es un fenómeno que sorprende al sector.
Según Sebastián Novoa – analista especializado de IDC– le dijo a ArgNoticias, se estima que al finalizar 2017 se registrarán 2 millones de tablets vendidas. Un número nada despreciable para una población total de 40 millones. Otro dato: de acuerdo con información de la Cámara Argentina de Multimedia, Ofimática, Comunicaciones y Afines (Camoca), las importaciones de tabletas durante la primera mitad de 2017 aumentaron un 75 por ciento en relación con el mismo período del año anterior.
“El mercado viene viendo un crecimiento sostenido y continuo por 58 meses, y el cálculo es que este año [2017] superará los 2 millones de tabletas despachadas en el país; en 2013 fueron menos de 1 millón; el mayor salto estuvo entre 2014 y 2015”, publicó La Nación.
“Cuando faltan los datos de noviembre y diciembre, el comparativo anual ya muestra un crecimiento de 6,5 por ciento respecto de los números totales de 2016”, dijo Rodolfo Ferrari, gerente de Ventas de Alcatel, la compañía que difundió un estudio que destaca que en octubre el 10 por ciento de las ventas fueron modelos de 10 pulgadas.
Razones
Hay varias explicaciones de este extraño “boom” de ventas de algo que en el mundo está en caída. Por un lado, el atraso tecnológico. Mientras en 2014 todo el planeta compraba tablets, en Argentina, con las importaciones frenadas, el alto precio y la poca variedad de esos dispositivos los volvía caros y poco atractivos.
Por otro lado, distintos gobiernos a nivel nacional y provincial encargaron numerosos dispositivos para distintos programas. Por ejemplo, el gobierno nacional y de la Ciudad de Buenos Aires compraron 100 mil unidades cada uno para un programa para informatizar a adultos mayores y la provincia de San Luis hizo algo parecido.
Además, en los últimos meses bajaron de precio (se quitaron aranceles de importación), por lo que se consiguen tabletas por el precio de un juguete, lo que hace que haya muchos abuelos que las compran para regalarle a los nietos, por ejemplo.
La mala noticia es que el mercado ya no está dominado por productos ensamblados en Argentina. El segmento tablets está liderado por equipos de procedencia china: el 93 por ciento llega desde el gigante asiático y 3 por ciento, desde Brasil, según Camoca.