La industria de la moda se ha transformado y evolucionado en las últimas décadas. Pasa de ser una expresión de creatividad y estilo personal a una fuerza impulsora del consumismo rápido (casada con el concepto de “Fast Fashion”) y la degradación del medio ambiente.
Los números son fríos y los datos lo comprueban. En informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), organismo de las Naciones Unidas para evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático, nos recuerda que debemos hacer mucho más en esta década si queremos limitar el calentamiento global a 2 grados Centígrados, señalando a los tres sectores más contaminantes en los que debemos prestar mucha atención:
1er. lugar- Los combustibles fósiles, que en 2022 alcanzaron las 40.5 gigatoneladas
de CO2 (fuentes de energía como el carbón, petróleo y el gas).
2º lugar- La agrícultura, que representa alrededor del 11% de las emisiones de gases
de efecto invernadero, con emisiones de 9,300 millones de toneladas de CO2 (emisiones de metano y óxido nitroso de las actividades agrícolas y ganaderas).
3er. lugar- La industria de la moda, que produce alrededor del 10 % de nuestra
huella de carbono anual, más que todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados, así como el alto consumo de agua (con el que se puede satisfacer la sed de cinco millones de personas cada año), además de que genera millones de toneladas de plástico y otros desechos que contaminan el aire y los
océanos. Sin embargo, en medio del torbellino del mundo de la moda, ha surgido una tendencia prometedora que está cambiando la forma en que compramos y usamos prendas. Esta tendencia abraza la ropa de segunda mano y el modelo de tienda circular, marcando un objetivo importante en la lucha por la sostenibilidad en la moda.
La mercadotecnia no es ajena a ello y está jugando un papel fundamental en la popularización de estas tendencias y su impacto en el medio ambiente.
Comprar ropa de segunda mano ya no es visto como una opción de bajo presupuesto, sino como una elección consciente. Los consumidores están adoptando esta tendencia por estas razones:
La ropa de segunda mano es una forma de reducir el impacto ambiental de la moda, al evitar la producción de prendas nuevas y la consiguiente generación de residuos textiles.
Muchas personas encuentran en la ropa de segunda mano una oportunidad para expresar su individualidad y estilo personal de manera única. Esta tendencia está transformando la forma en que entendemos la moda, pasando de un enfoque de "usar y desechar" a uno de reutilización y sostenibilidad.
El Modelo de Tienda Circular
Junto con la popularidad de la ropa de segunda mano, el modelo de tienda circular ha ganado terreno en la industria de la moda. En lugar de centrarse únicamente en la venta de prendas, algunas empresas líderes en moda ahora ofrecen servicios de alquiler de ropa. Esto no solo reduce la necesidad de poseer más ropa, sino que también alarga la vida útil de las prendas y reduce significativamente el desperdicio.
El modelo de tienda circular trata a la moda como un servicio en lugar de un producto, lo que impulsa la reutilización y la sostenibilidad.
La mercadotecnia desempeña un papel fundamental en la popularización de la moda de segunda mano y el modelo de tienda circular y las marcas deben comunicar eficazmente los valores de la sostenibilidad, la ética y la responsabilidad social que encarnan.
Un ejemplo destacado es la marca Patagonia, que ha utilizado su marketing de manera ingeniosa para promover la reutilización y el reciclaje de ropa. Su campaña;Worn Wear" no solo alaba las historias detrás de las prendas usadas, sino que también muestra que comprar ropa de segunda mano no solo es sostenible, también es una declaración de estilo. Esta estrategia no solo ha contribuido al éxito de la
marca, también ha hecho que los usuarios se replanteen sus hábitos de compra. Otro gran ejemplo que vale mencionar es el de la marca sueca de ropa deportiva para exteriores Houdini.
En su tienda, todos los artículos que se encuentran en Houdini Circle se pueden comprar, alquilar o suscribirse. Combinan estos servicios en un centro unificado donde los clientes pueden elegir cualquier prenda y decidir qué es lo que les gustaría hacer con ella.
Por ejemplo, por 55 dólares (600 SEK o Coronas Suecas) al mes, los clientes pueden usar tres prendas: una prenda para la parte inferior del cuerpo, una capa superior intermedia y una capa exterior y por 100 SEK adicionales, pueden cambiar los artículos todas las veces que quieran.
¿Para qué comprar una prenda que solamente usaré dos semanas o por única ocasión? Ahí está la solución para evitar la sobreproducción y su consiguiente contaminación.
La compra de ropa de segunda mano y el alquiler de prendas reducen la demanda de producción de ropa nueva, lo que a su vez disminuye la necesidad de estos recursos naturales finitos. Además, al alargar la vida útil de las prendas, se evita que terminen en basureros y se generen menos desechos textiles. Esto no solo reduce la contaminación, sino que también disminuye la huella de carbono de la moda, un aspecto clave en la lucha contra el cambio climático.
La moda de segunda mano y el modelo de tienda circular son indicativos de un cambio cultural en la forma en que consumimos moda. Estas tendencias no solo son modas pasajeras, sino que deben ser un movimiento sostenible que transforme la industria y la conciencia de los consumidores. La elección es clara: continuar con un sistema de moda rápido y desechable o abrazar un enfoque más consciente y
respetuoso con el medio ambiente. Y el papel de la mercadotecnia en esta revolución es innegable para lograr un futuro más verde y ético.