Antecedentes
Hoy día el empleador se queja del crimen corporativo; y además se pregunta ¿Dónde quedó la lealtad del colaborador?, al respecto hace unos cuantos días recibí promoción de un taller referido a: “Las mejores técnicas y estrategias para la prevención de fraudes”; el soporte promocional de este taller hacía alusión a dos temas:
- Que el nivel de lealtad de los empleados hacia las empresas se ha deteriorado mucho.
- Que los empresarios tienen un nivel muy bajo de conciencia del problema.
El mismo taller invita “a conocer el perfil psicológico del criminal corporativo“; nosotros no creemos que el nivel de lealtad se haya deteriorado, entendemos que más bien se ha trasformado, producto de:
- Una nueva manera de relacionarse, empleador-empleado,
- A que el nivel del crimen corporativo se ha incrementado producto de múltiples variables exógenas y por supuesto endógenas.
Dentro de las endógenas (internas) una de ellas la indolencia de los garantes de los sistemas de control, del riesgo y por otro lado la falta de cuidado en el reclutamiento y selección de los colaboradores, así como a la falta de entendimiento de los nuevos paradigmas en materia del factor humano en el siglo XXI, referido esto a la administración, dirección, liderazgo, etc., ante las generaciones que están consolidándose e integrándose al mercado laboral
El taller hace importante referencia del deterioro del nivel de lealtad de los empleados, habría que preguntar a los empresarios y directivos:
- ¿Qué han hecho o han dejado de hacer en materia de fortalecimiento de la lealtad?
- ¿Qué tan leales son los empresarios y directivos con sus empleados?
Las respuestas podrían ser diversas y estar relacionada con disímiles variables que pudieran o no corregirse; sería deseable recibir las sugerencias o comentarios de nuestros lectores y lectoras en Merca2.0, lo cual nos ayudaría mucho a todos para clarificar, encontrar respuestas y soluciones.
También en el citado folleto de promoción del taller se refieren a: “una baja conciencia del problema, por parte de los empresarios”; nosotros creemos que esto pudiera ser producto de una baja o nula formación empresarial; es aquí donde las instituciones educativas como son las universidades tienen una enorme tarea y responsabilidad.
Pero, ¿qué nos ha pasado?
El crimen corporativo siempre ha existido y existirá, y en múltiples ocasiones su penetración y operación dentro de las organizaciones es producto de indolencia de las áreas responsables de diseñar, instalar y operar los muros de contención y/o de reacción oportuna propios de una administración de riesgos profesional, hay acciones clave que pueden ayudar a enfrentar este peligro. Lo anterior incluye los inminentes riesgos virtuales y la manera de enfrentarlos.
Con mucha certeza podemos expresar el refrán popular: “en arca abierta, hasta la más justo peca” y hay ocasiones que no necesitan estar abiertas las puertas del arca, ya que el crimen se las ingenia para acometer y dañar. Podemos decir que la lealtad también que es un asunto de confianza entre personas y sus valores, siendo entonces un tema, como diría Frederick Nietzsche, “humano, demasiado humano”, que puede y debe evaluarse.
Y la lealtad de qué lado deberá estar
Es preciso revisar a la brevedad desde el ámbito de cada organización (pública, privada, social) los principios de lealtad que deben privar en nuestras organizaciones.
Los horizontes de permanencia (antigüedad), de los empleados dentro de las organizaciones son muy distintos a los que privaban en el siglo XX; y no es que se trate de una sociedad mejor o peor; se trata de un cambio de paradigmas, de valores, de motivaciones del empleado y del empleador, y por supuesto de una nueva manera de administrar y operar los negocios.
Lo que recibía y motivaba al empleado del siglo XX era estabilidad, crecimiento y un horizonte de larga vida hasta llegar a la jubilación, y por supuesto una sustanciosa pensión. Los jóvenes de hoy, de la generación “Y”, así como la generación “Milenio” lo que menos buscan es una permanencia de por vida, sus motivaciones tenemos que conocerlas y estudiarlas. Además, hay que anotar que las empresas hoy día, no quieren tomar pasivos laborales y han encontrado nuevas formas de relacionarse profesionalmente y retener a sus colaboradores. Y aquí es dónde nos preguntamos dónde queda la lealtad de la empresa al empleado y/o colaborador.
El deterioro de valores y acciones alternativas
En la sociedad en general, principalmente en nuestros países latinoamericanos, y México es un ejemplo, existe un deterioro de valores, acompañado de un reforzamiento y ejercicio de anti valores, no pretendemos hacer juicios morales de estos tiempos, o llamadas de atención a la ética personal y empresarial; en esta colaboración intentaremos poner “el dedo en la llaga” para que juntos como expertos en diversas materias de temas de riesgos corporativos y humanos, encontremos respuesta a cómo enfrentar este “Cáncer”; la administración de riesgos en las organizaciones nos permite visualizar diversas acciones que podemos tomar en materia de riesgos (ver gráfica de acciones alternativas)
El ejercicio de las acciones alternativas en la organización
Existen diversos caminos para llegar a ejecutar estas acciones en materia de riesgos, unas que parten del impacto a la cultura de la organización y otras en un recorrido que abarca aspectos administrativos y operativos. Dentro de las empresas existen funcionalmente, áreas responsables de las tareas de riesgos, del control, supervisión, administración y canalización de los asuntos relacionados con un sistema de consecuencias.
- Direcciones de Finanzas
- Administración de Riesgos
- Contraloría y/o Control interno en los gobiernos,
- Tesorería
- Auditoría interna y externa
El factor humano
Bien se dice que “en las organizaciones existen 10 problemas uno de ellos es el reclutamiento y la selección, y que los otros 9 se generan por un mal reclutamiento y una mala selección. El riesgo de tener dentro de cualquier organización crimínales corporativos es ineludible, el antídoto, entre otros muchos estará en crear, mantener y fortalecer un sistema de consecuencias, para las acciones deshonestas y criminales.
Impidiendo cimentar una sociedad de cínicos
Es urgente crear, fomentar y ejercer un sistema de valores éticos, así como un entorno regido con una administración de riesgos y un sistema consecuencias, de no hacerlo seguiremos creciendo en una sociedad de corruptelas, de impunidad y alentaremos, lo que hoy vivimos con gran vergüenza, el ser señalados por el mundo como un país de corruptos, impunes y además cínicos.
La persona como centro de nuestras acciones
Como sociedad estamos obligados a encontrar nuevas formas de relacionarnos fortaleciendo la confianza, que es el amalgama de cualquier relación humana, a través de principios de trabajo colaborativo, en una forma de actuar y ejercer la operación y administración con una gran concordia, y ética inquebrantable, teniendo al ser humano, a la persona como centro de nuestras acciones; el premio será una sociedad que conviva en y con armonía, donde si el crimen no se puede eliminar en forma definitiva, sí se castigue, fortaleciendo una sociedad sana y no rebasada por el cinismo.