Imitar los estilos de vida de determinados nichos en el mercado es una pauta sumamente replicada dentro de las empresas, como una forma que busca hacerse de hábitos que parecen ser definitivos en los resultados que alcanzan los departamentos al interior de sus organizaciones.
Un ejemplo de ello es la ya famosa (en redes sociales) dieta de Silicon Valley, nombre con el que se le ha llamado a un hábito en el que empleados de los grandes corporativos tecnolĂłgicos que se encuentran en esta ciudad californiana no comen por dĂas y solamente toman cafĂ©.
La dieta de Silicon Valley es parte de un fenĂłmeno conocido como fasting, que es un periodo de abstinencia o reducciĂłn en el consumo de alimentos, el cual forma parte de una tendencia entre los tecnĂłlogos de esa regiĂłn, en el que reducen al mĂnimo su consumo de carbohidratos.
Este tipo de medidas que afectan la forma de comer de estas personas es parte de algo llamado biohacking, tendencia que busca provocar el mayor rendimiento en las personas a través de decisiones como dejar de comer y solamente beber agua, café o té, hecho que luego de pasar por un periodo de hambre que experimentan quienes lo ponen en práctica, termina por mejorar su desempeño.
Este tipo de hábitos personales cobran relevancia entre los profesionales, sobre todo cuando se descubre la capacidad que resulta en sus actividades al interior de las organizaciones, luego de llevar a cabo este tipo de disciplinas.
Los estilos de vida y la generación de conocimiento alrededor de acciones que ayudan a lograr mejores resultados en el trabajo diario, convierte a estas tendencias en importantes acciones que parecen lograr mayor desempeño entre los profesionales, en un momento en que la información se encuentra en mayor cantidad y acceso a las audiencias, esto de la mano de internet, donde la generación de contenidos de manera permanente hace que este tipo de tendencias cobre mayor interés entre segmentos y se imiten en todo el mundo.
Geoffrey Woo, CEO de HVMN, uno de los principales promotores del fasting:
Feeling lean, mean, and hungry. Going to dive right into a workout and see how my body performs. Weight went from 164 lb. to 153 lb. pic.twitter.com/n00KZKDKsc
— Geoffrey Woo (@geoffreywoo) 15 de enero de 2017