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La desinformaciĆ³n, un grave riesgo que corren tanto medios como autoridades

El sismo de 7.1 grados en la escala Richter que cimbrĆ³ seis estados de MĆ©xico y que ha provocado la muerte de al menos 250 personas, asĆ­ como un gran nĆŗmero de edificaciones destruidas o afectadas, dejĆ³ una muestra de solidaridad ciudadana, pero tambiĆ©n mostrĆ³ los riesgos de difundir informaciĆ³n confusa.

El sismo de 7.1 grados en la escala Richter que cimbrĆ³ seis estados de MĆ©xico y que ha provocado la muerte de al menos 250 personas, asĆ­ como un gran nĆŗmero de edificaciones destruidas o afectadas, dejĆ³ una muestra de solidaridad ciudadana, pero tambiĆ©n mostrĆ³ los riesgos de difundir informaciĆ³n confusa.

Todo el dĆ­a ha sido tendencia en redes sociales el tema de ā€˜Frida SofĆ­aā€™, hasta el momento mĆ”s de 153 mil tweets, y ahora tiene alcance internacional debido a un presunto invento.

El problema es que no se sabe si fue un invento, una impresiĆ³n, confusiĆ³n o una desinformaciĆ³n por parte de las autoridades o de los medios de comunicaciĆ³n.

El sismo, probablemente el mĆ”s destructivo desde el que golpeĆ³ irĆ³nicamente el mismo dĆ­a pero hace 32 aƱos, en 1985, despertĆ³ el miedo que vive en los mexicanos por enfrentar una catĆ”strofe de tales magnitudes, pero tambiĆ©n esa solidaridad que se expresa en las situaciones mĆ”s difĆ­ciles.

Por esa misma razĆ³n, la labor de los medios de comunicaciĆ³n debe ser muy cuidadosa, puntual y, siempre confirmar toda informaciĆ³n que se difunda, especialmente si se trata (presuntamente) de fuentes oficiales.

El tema de las noticias falsas o fake news ha cobrado mucha notoriedad en el Ćŗltimo aƱo, precisamente por situaciones como esta. Los especialistas seƱalan que este tipo de contenidos han crecido tanto que ya conforman todo ā€œun ecosistema completo de informaciĆ³nā€, tanto que ya se pueden identificar diferentes tipos de informaciĆ³n errĆ³nea o desinformaciĆ³n.

En redes sociales se seƱala a Televisa -en particular a Danielle Dithurbide, reportera in situ- como la autora de la desinformaciĆ³n entorno al caso de ā€˜Frida SofĆ­aā€™, que presuntamente era una menor sobreviviente que aĆŗn se encontraba entre los escombros del colegio Enrique RĆ©bsamen.

Durante las transmisiones de todo el miĆ©rcoles los reporteros de la mayor cadena de medios en el paĆ­s dieron cobertura a la presunta condiciĆ³n de la menor. Sin embargo, hay que seƱalar que no fueron los Ćŗnicos, otros medios de alcance nacional tambiĆ©n manejaron el nombre, incluso en entrevistas con autoridades oficiales, como la hecha desde Milenio, con el oficial mayor de la SecretarĆ­a de Marina, JosĆ© Luis Vergara.

En El Universal, tambiƩn dieron cobertura, citando como fuente declaraciones de elementos de la Semar, aunque, en este caso, citaron en varios contenidos el hecho que las maestras del colegio nunca reconocieron la existencia de una alumna con ese nombre.

Hay dos hechos claros, desde los trabajos de rescate en el colegio RĆ©bsamen se llamĆ³ a una menor rescatada con el nombre de Frida SofĆ­a, dato que en su momento fue referido tanto por medios de comunicaciĆ³n como por autoridades. El tema es que resultĆ³ ser una informaciĆ³n incorrecta, imprecisiĆ³n que tardaron horas en aclarar.

En diversos medios, se presumiĆ³ que ā€˜Frida SofĆ­aā€™, tenĆ­a 12 aƱos, era alumna del colegio y que incluso algunas personas habĆ­an logrado hablar con ella. La historia conmoviĆ³ a miles de usuarios que dieron por vĆ”lida la informaciĆ³n y se volcaron con mensajes de solidaridad y apoyo, la cobertura de medios fue intensa, no sĆ³lo nacionales, incluso del extranjero. Incluso, se informĆ³ que motivĆ³ la intensificaciĆ³n de las labores de rescate por los miembros de ProtecciĆ³n Civil y voluntarios en el sitio.

Sin embargo, en reportes posteriores, las mismas autoridades ratificaron que ā€œtodos los niƱos o desgraciadamente fallecieron, o estĆ”n en los hospitales o a salvo en sus casasā€. Hecho que fue retomado por otros medios de comunicaciĆ³n.

Desafortunadamente, una desinformaciĆ³n de estas caracterĆ­sticas ha tenido un efecto que poco ayuda a la difusiĆ³n de datos puntuales y verĆ­dicos de los lugares afectados donde se realizan labores de rescate, por el contrario, alejĆ³ a una gran cantidad de usuarios que cuestionan la Ć©tica del Televisa, y motivĆ³ un enfrentamientos en medios, unos que buscaron ratificar la maquinaciĆ³n de una mentira y otros que buscaron deslindar responabilidades.

Por un lado, Televisa, a travĆ©s del espacio conducido por Denise Maerker y Carlos Loret de Mola enfatizaron que la reportera Danielle Dithurbide citĆ³ a fuentes oficiales y que su informaciĆ³n fue cortejada con las autoridades de manera reiterada.

En contraparte, la fuentes militares se encargaron de desmentir en mĆ”s de una ocasiĆ³n la existencia de una menor debajo de los escombros, por el contrario, Ɓngel Enrique Sarmiento, Subsecretario de Marina, declarĆ³ este jueves a medios que en colegio RĆ©bsamen se han rescatado 11 menores de edad con vida, se tiene registro de 19 muertos y, posiblemente haya una persona mĆ”s con vida debajo de los escombros, -se especula que es una mujer que era trabajadora de la instituciĆ³n-.

La responsabilidad indudablemente es compartida, tanto por la reportera como Televisa y, otros medios, que dieron seguimiento a un presunto rescate priorizando esta historia a la de verificar si la escuela confirmaba la existencia de una alumna con estas caracterĆ­sticas y datos, o de unos padres que buscaran a su hija y que confirmaran que existiera.

Esta fake news es un claro ejemplo de una falsa conexiĆ³n motivada por una labor periodĆ­stica con fallas, que derivĆ³ en contenido engaƱoso, donde la informaciĆ³n generĆ³ una falsa expectativa en la audiencia, una que se tardĆ³ muchas horas en corregir.

Los medios y las propias autoridades deben generar la conciencia que el difundir informaciĆ³n en situaciones tan delicadas como la que vivimos a causa del sismo del 19 de septiembre, debe ser una labor de suma responsabilidad, tacto y, sobre todo, mucha, veracidad. SĆ³lo asĆ­ se podrĆ” dar certeza a la ciudadanĆ­a y se evitarĆ” generar desinformaciĆ³n.

Hoy, las redes sociales volvieron a dar nuestra de cĆ³mo un tema que pudo pasar con menos relevancia, y hasta probablemente quedar sin resolver, los cuestionamientos de los usuarios y demandas por informaciĆ³n con Ć©tica y veracidad, obligaron tanto a los medios como a las autoridades a rectificar la historia.

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