Lo que antes era una gran atracciĆ³n para los circos y que representaba a uno de los āFreaksā mas recordados de ese tipo de espectĆ”culo que iba de pueblo en pueblo, ahora es toda una declaraciĆ³n de libertad y tolerancia.
Una mujer barbuda ahora ya no es un fenĆ³meno del tradicional espectĆ”culo de las 3 pistas, ahora es un espectĆ”culo mediĆ”tico que toca a la TV internacional y a las redes sociales mostrĆ”ndose como un sĆmbolo de la diversidad sexual y de la lucha contra la intolerancia.
El fin de semana pasado se llevĆ³ a cabo el Festival de EurovisiĆ³n, uno de los eventos anuales mĆ”s importantes de la mĆŗsica en Europa, donde se dan cita representantes de todos los paĆses que forman parte de la UniĆ³n Europea de RadiodifusiĆ³n.
En la Ćŗltima ediciĆ³n de este evento se nombrĆ³ comoĀ ganadora a Conchita Wurst, una Austriaca que, bajo su nombre original, Thomas Neuwirth, desde 2011 se presenta en los escenarios vestido/a de mujer y con una abundante barba.
Con tacones altos, vestido ajustado y su barba cuidadosamente recortada, consiguiĆ³ su victoria en este evento presentando su canciĆ³n āRise like a Phoenixā, frente a una audiencia global de 180 millones de personas en 145 paĆses.
Ahora es un mito de las redes sociales e internet y lo aprovecha para ser estandarte de colectivos que luchan en pro de la defensa de los derechos de los homosexuales. Y asĆ lo expresa en una de sus primeras declaraciones despuĆ©s de la premiaciĆ³n: āQue yo gane este premio es una seƱal de lo que piensa Europa, todo el mundo se ha unido por la tolerancia, sin importar nada mĆ”s” āComparto la opiniĆ³n de que esto no fue solo una victoria para mĆ, sino para toda la gente que cree en un futuro sin discriminaciĆ³n y basado en la tolerancia y el respeto. Esto trasciende fronteras”
Datos:
ā¢ En Google las bĆŗsquedas de su nombre se han multiplicado por 20 en la Ćŗltima semana. El buscador ofrece 405 millones de resultados para los tĆ©rminos āconchita wurstā
ā¢ En Twitter fue Trending Topic destacado durante su intervenciĆ³n en la final del sĆ”bado y desde el momento de su victoria.
ā¢ El vĆdeo oficial de su actuaciĆ³n en la final en Youtube, acumula en sĆ³lo un dĆa 3,5 millones de visitas y en estos momentos crece a un ritmo de 1.000 reproducciones al minuto
ā¢ Casi 400.000 visitas suma el vĆdeo oficial de los “grandes momentos” de la victoria de Austria en esta ediciĆ³n del certamen.
Pero no todo es āmiel sobre hojuelasā. TodavĆa, en este siglo XXI, hay reacciones negativas relacionadas con el tema.
De acuerdo al portal de noticias de ExcĆ©lsior, la reacciĆ³n al aspecto de Wurst ha puesto de relieve las actitudes geogrĆ”ficamente dividas de Europa hacia la homosexualidad. Ampliamente aceptada sin controversia en el oeste, provocĆ³ muchas crĆticas en algunos paĆses del este donde la retĆ³rica antigay es mĆ”s comĆŗn.
Aparecieron peticiones online en Bielorrusia, Armenia y Rusia ācuyo gobierno aprobĆ³ una ley el aƱo pasado prohibiendo la “propaganda gay” entre menoresā para que Wurst fuese expulsada o para que las cadenas eliminaran la emisiĆ³n de su actuaciĆ³n en sus paĆses.
Activistas en Bielorrusia incluso pidieron a la red televisiva estatal del paĆs que editara y sacara la participaciĆ³n de la austriaca en su transmisiĆ³n de EurovisiĆ³n.
De cualquier manera, los tiempos cambian y gracias a la tecnologĆa podemos darnos cuenta de la declaraciĆ³n de quien defiende su postura y la de muchos mĆ”s al otro lado del atlĆ”ntico.
Conchita tiene mucha claridad en lo que piensa y dice. AquĆ un extracto de una entrevista que da a vice.com:
āTu barba, tu lipstick y vestidos, tu figura como drag queen barbona con talento para cantar hizo boom en los medios austrĆacos. Cuando fuiste seleccionada para representar a Austria en EurovisiĆ³n mĆ”s de 31 mil personas le dieron like a una comunidad anti-Wurst para boicotear tu elecciĆ³n como representante del paĆs.
Bueno, lo siento, pero esta va a ser una respuesta muy aburrida, pero eso realmente no me interesa, porque de hecho lo Ćŗnico que me viene a la cabeza con esto es agradecerles por la atenciĆ³n.ā
Las opiniones personales ya quedan en cada uno de nosotros, para ser vertidas (o no) en las socorridas redes sociales. La libertad de ser, hacer y decir ahĆ se da tambiĆ©n.