El resultado final del encuentro de futbol entre Pumas de la UNAM y Tigres de la UNL, ambos equipos representantes de instituciones universitarias públicas, nos ha brindado la oportunidad de debatir el tema del festejo bajo dos perspectivas culturales: la del resultado versus el esfuerzo.

La vida hay que verla no como una línea recta, porque somos demasiado frágiles para siempre ganar; “somos humanos, demasiado humanos”, parafraseando a Frederick Nitcheze,; hay que aprender del error, del esfuerzo, máxime cuando no hay dudas del desempeño. La vida misma y nuestras acciones son un ciclo, el cual nos da la oportunidad de aprender del fracaso y regresar a la búsqueda del triunfo.

La obsesión por el resultado esclaviza y es enfermiza

Observo de antemano, que no obstante de tener simpatía total por el equipo que representa a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y ser egresado de esta casa de estudios, no dejo de perder de vista que sólo se trató de un partido, que no puso y no pondrá jamás en riesgo la esencia academica de ambas instituciones universitarias. No hay obsesiones de por medio.

La visión mercantilista del siglo XX y XXI

Desde la visión moderna y mercantilista, sí podría impactar, si no su esencia, sí su imagen, como lo podemos observar en la actuación de las universidades de la Unión Americana (Estados Unidos), donde las inversiones son millonarias para atraer jugadores que representen a dichas instituciones. Habría que investigar primero si su prestigio se fundamenta en lo académico y/o en lo deportivo al contar con excelentes equipos de futbol americano. Como decimos a nivel popular: ¿qué es primero, el huevo o la gallina?

Los 300 y las Termópilas

Guardando comparaciones, las acciones heroicas frustradas en la historia del mundo, vistas bajo la perspectiva de reconocer sólo el resultado, hacen pasar por mi mente la acción heroica de la batalla de las Termópilas, representada en cine con el título Los 300, histórica hípica que tuvo lugar durante la Segunda Guerra Médica; se enfrentaron el Imperio persa de Jerjes I y una alianza de polis griegas lideradas por Esparta.

La batalla duró tres días y se desarrolló en el paso de las Termópilas (cuyo nombre se traduce por Puertas Calientes – puerta, derivada de los manantiales cálidos que existían allí), en agosto o septiembre de 480 a. C.

Enaltecer el esfuerzo versus resultado

Tanto los escritores antiguos como los modernos han utilizado la Batalla de las Termópilas como un ejemplo del poder que puede ejercer sobre un ejército el patriotismo y la defensa de su propio terreno por parte de un pequeño grupo de combatientes.

Asimismo, el comportamiento de los defensores se ha utilizado como ejemplo de las ventajas del entrenamiento, el equipamiento y el uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército y se ha convertido en un símbolo de la valentía frente a la adversidad insuperable.

Cultura del resultado versus cultura del esfuerzo

Está más que claro que el vencedor siempre es y será recordado, que la obtención del segundo lugar sólo se recordará cuando se revise el nombre del campeón en el año de referencia de su triunfo. La pregunta típica sería: ¿y a quién le ganó?…. La respuesta sería “no recuerdo”.

La sociedad y el resultado

En nuestras empresas, con nuestros colaboradores en el ámbito mercantil; en nuestras familias, con nuestros hijos; en lo social, y en general en nuestro país, debemos y tenemos que buscar el resultado, en los medios en los que nos desempeñamos, ser los mejores en todo, pero no podemos dejar de reconocer el esfuerzo cuando vemos que se ha sudado la camiseta o que nuestro hijo estudió durante todo el año y no logró obtener el primer lugar o el pase a la universidad.

Siempre habrá alguien mejor que tú.

En la perspectiva humanista sabemos que el ser humano, no obstante de ser perfecto en su creación, es imperfecto en su actuación.

La obsesión por el resultado

La palabra obsesión proviene del término latino obsessĭo (“asedio”). Se trata de una perturbación anímica producida por una idea fija, que con tenaz persistencia asalta la mente.

Este pensamiento, sentimiento o tendencia aparece en desacuerdo con el pensamiento consciente de la persona, pero persiste más allá de los esfuerzos por librarse de él.

La resiliencia 

Hoy día la resiliencia,, principio de la física, se ha adoptado como una práctica que permite al ser humano reconstruirse.

Para los que gustan y saben de futbol en México, tienen conciencia de las reglas del torneo. Pumas, por ejemplo, tuvo un resultado excelente durante este torneo, lo que le valió llegar como líder al final de la primera parte; está claro que no fue campeón y fue goleado por Tigres en el primero de los dos partidos.

A la búsqueda de entender estos conceptos de debate y ubicar el rol de un líder, como lo es Memo Vázquez, timonel de los Pumas, quien deberá evaluar y corregir para el próximo torneo, tal y como lo hacemos en nuestro entorno, valorará su estrategia, sus tácticas, las habilidades, el desempeño durante todo el torneo y este final. Es casi un hecho que tendrá en cuenta el esfuerzo, como de seguro lo tuvieron en cuenta los ciudadanos espartanos después de la derrota en las Termópilas.

Para quienes consideran los fracasos definitivos en la vida, en relación al resultado de Pumas en este torneo, les digo que la vida hay que verla no como una línea recta, porque somos demasiado frágiles para siempre ganar; somos humanos, demasiado humanos; hay que aprender del error y el esfuerzo, máxime cuando no hay dudas del desempeño. La vida misma y nuestras acciones son un ciclo, el cual nos da la oportunidad de aprender del fracaso y regresar al triunfo.

Para concluir: fue: un juego no pone de por medio el honor de las instituciones ni de las personas, es sólo eso, un juego. Y bien por el esfuerzo de los 11 del equipo Pumas, y mejor por el resultado de los Tigres, dignos campeones del futbol mexicano 2015.

El resultado de este tema en debate nos sirve para reflexionar acerca de la cultura humanista de la UNAM versus el eficientismo de hoy; en la cultura del úsese y si no sirve, tirarse. Damos la bienvenida al resultado, a la productividad, a la rentabilidad, a la creación de riqueza, como profesionales debemos buscar la excelencia sin olvidarnos del humanismo y de la Cultura del Esfuerzo.