El artista Walter Robinson diseñó una serie de originales y divertidas esculturas en las que representa de diferentes maneras el gusto por el consumismo que las personas tienen hacia ciertas marcas y cosas.
Como parte de una crítica social hacia la cultura popular, de manera ingeniosa se presentaron una divertidas esculturas donde se representa el consumismo que actualmente la sociedad está teniendo hacia ciertos productos.
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