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El número de mujeres que ha perdido su trabajo por culpa por la COVID-19 es más alto que el de hombres
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Casi seis de cada 10 consumidores preferiría que las marcas informen de descuentos en sus campañas
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A lo largo de casi toda la población, excepto en los mayores de 55 años, el internet es la principal fuente de información
Cada día es más claro que la COVID-19 no será solo un fenómeno que afecte al mundo, y en especial a México, por tres o cuatro meses. Los temores de un segundo pico en esta ola de casos, el eventual rebrote de la enfermedad a finales de año y la falta de una solución médica aterran a los tomadores de decisiones. Sin embargo, en el caso del público nacional, todos esos retos no generan ni de cerca el mismo miedo que la perspectiva de una crisis económica.
Al menos así lo da a entender un nuevo estudio por IMS y Offerwise. El reporte analizó los temores y percepciones del consumidor en México en torno de la COVID-19. Si bien el 71 por ciento de la población aseguró que le preocupa contagiarse con el virus, una cifra más alta, ocho de cada 10, dijo que su principal miedo es la inminente crisis económica. Todavía más importante, solo la mitad de la población ve problemática la saturación del sistema de salud.
Tiene sentido que las consecuencias económicas de la COVID-19 sean lo primero en la mente de la gente en México. Por la crisis, 70 por ciento de la gente ya no hace compras cotidianas. Cuatro de cada diez se atrasaron en pagos y/o vieron recortado su salario. Además, cerca de una tercera parte de la población de hecho perdió su empleo. Sin embargo, aún hay un deseo de consumo. En cuanto acabe la crisis, más de la mitad dice que quiere hacer turismo interno.
Datos fundamentales sobre el impacto de la COVID-19 en México
La situación de la pandemia dentro del país tiene características que no son iguales a las de otras naciones. Por ejemplo, en México el uso de redes sociales, en especial Twitter, se vió muy beneficiado por la COVID-19. A partir de la primera muerte por la enfermedad, todos los consumidores cambiaron radicalmente su comportamiento en compras y ahorros. Además, por la popularidad de ciertos agentes, parece que hay una redoblada confianza en Gobierno.
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Pero hay que volver a las conclusiones de IMS y Offerwise. Resulta interesante que la mayor parte de la población está más interesada en las implicaciones económicas de la COVID-19. No es del todo sorprendente, considerando que muchas familias en el país viven en llamativa precariedad. Pero sí significa que la gente estará más ansiosa de regresar a sus lugares de trabajo de lo que lo están en otros países. Esto tendrá grandes implicaciones para las marcas.
Es posible que este acercamiento a la crisis económica dispare la gravedad de la situación sanitaria de la COVID-19. Por supuesto, el público querrá responsabilizar a marcas y gobierno de esta alza en el número de infecciones. Esto significa que la compañías deben tener mucho cuidado en sus estrategias de reapertura y reactivación. Más que en otros países, un rebrote no solo es más probable en México, sino que también será probablemente aún más costoso.
Otras características de la pandemia en el país
Un mayor temor a las repercusiones económicas de la COVID-19 se puede explicar por la forma en la que se ha enmarcado esta crisis sanitaria desde un principio. Más allá de todas las acciones en salud, llamaron más la atención las iniciativas de créditos y apoyos a negocios. El mismo Gobierno federal considera la pandemia una oportunidad económica global. Y la amplia integración con Estados Unidos (EEUU) pone mayor presión a todo el proceso de reapertura.
Por desgracia, varios agentes internacionales concuerdan que el peor efecto de la pandemia será en la estabilidad económica de México. El Washington Post reafirma que la COVID-19 le ha pegado al país donde más le duele, como petróleo, turismo, remesas y comercio. Forbes, por su lado, asegura que el foco de muchas iniciativas públicas es tratar de potenciar como sea la economía. Y el Financial Times prevé una muy severa contracción de su producción.