Los hábitos de entretenimiento han cambiado radicalmente. Las audiencias ahora no se conforman con lo que las casas productoras entregan, sino que esperan que estos contenidos se adapten a los momentos, plataformas, dispositivos y espacios específicos. Esta transformación ha sido especialmente sufrida por la televisión tradicional, que en el caso del mercado mexicano, se ha materializado en movimientos importantes en las dos grandes televisoras del país: Televisa y TV Azteca.

Esto sucede aún cuando la televisión se mantiene como el medio más común dentro de los hogares mexicanos. La última Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales del IFT (Instituto Federal de Telecomunicaciones) reveló que 98 por ciento de los hogares en México posee al menos un aparato de TV, con un promedio de dos en cada casa.

Entre otros datos, el estudio acotó que siete de cada 10 personas consumen contenidos de televisión abierta, principalmente noticiarios, películas y telenovelas.

Cuando el consumo se mide por televisoras tenemos que, en promedio por región, en México, la primera opción de televisión abierta es la cadena TV Azteca, con 42.8 por ciento, seguida de Televisa con 31.8 por ciento de las preferencias.

Si bien estos números hablan mucho del mercado que aún domina la televisión abierta y sus principales representantes en el mercado mexicano, los cierto es que la figura de nuevas propuestas de entretenimiento como Netflix o las propias redes sociales como Youtube o Facebook han obligado a las empresas del sector a realizar ajusten ante una baja considerable no sólo de audiencias, sino de ingresos publicitarios.

Estos cambios mucho pueden hablar de la estrategia que esperan seguir las cadenas televisivas en el país durante el futuro inmediato, acciones que tenderán consecuencias nada menores en la manera en la que medios, consumidores y marcas se relacionan en el futuro.

Con esto en mente, compartimos tres datos sobre los movimientos más recuentes que han caracterizado a la industria televisiva en nuestro país con base en lo hecho por sus dos máximos representantes:

Coproducciones, la apuesta

Durante este año, uno de los movimientos más notorios en ambas casas productoras fue el despido y contratación de productores. Mientras unos van a productos propios o en otros canales, muchos otros sólo se pasaron a la principal competencia.

Esto ha llevado tanto a Televisa como a Azteca a encomiar en las alianzas con otras casa productoras. Las co producciones serán cada vez más comunes.

Televisa han hecho alianzas con casas productoras como Adicta, Lemon y W Studios para el desarrollo de series como La Piloto, La bella y las Bestias, Contracara, 40 y 20.

Por su parte Azteca firmó un acuerdo con la casa productora turca AcunMedya con la meta de aumentar su producción en vivo con un total de 4 mil 300 horas de programación al año.

Sin exclusividad

Aunque el fenómeno no es nada nuevo, tomo especial relevancia durante este año. El fin de los contratos de exclusividad se hizo evidente y con ello llegó una tendencia relacionada con talentos en busca e menores oportunidades que olvidaron el “amor a su casa” de origen. Así talento de Azteca ahora es parte del elenco de Televisa y viceversa.

Lo que llama la atención es que este movimiento también beneficio a nuevos creadores de contenido como Netflix o Youtube quienes han firmado colaboraciones con importantes celebridades y personajes de la pantalla chica en México para hacer producciones que, en más de una ocasión, se han parado como una amenaza en la carrera por ganar la preferencia de la audiencia.

Evaluando salir de la cancha

Históricamente, producciones como las telenovelas o temáticas como el futbol se ubicaron para ambas televisivas como el punto fuerte del negocio. No obstante, con los nuevos formatos de entretenimiento, todo parece indicar que comienzan a renunciar a terrenos que, en sus mejores tiempos, les permitieron consolidarse como referentes.

TV Azteca podría quedar fuera del negocio del futbol por una inversión poco rentable. De acuerdo con su reporte financiero, dicha empresa reportó pérdidas considerables durante el segundo trimestre del año, con lo que la firma propiedad de Ricardo Salinas Pliego, está evaluando si se mantiene o no dentro del negocio del futbol. “Estamos obligados a revisar el negocio de fútbol de forma integral y evaluar la viabilidad de mantenernos en él”, señaló Benjamín Salinas, director general de TV Azteca, en el documento entregado a la Bolsa Mexicana de Valores.

A esto se suma la estrategia de la firma por dejar de lado la producción de telenovelas propias que se materializa en la descomposición de su plantilla de actores y la compra de comprar melodramas turcos, brasileños y venezolanos; en lugar de producir los propios. De hecho, anunció que optará por las producciones en vivo y dejará los melodramas en segundo plano.

Por su parte, Televisa se ha dado a la tarea de repetir novelas viejas que combina con programas de revista y ministerios como la Rosa de Guadalupe.

Será vital que los jugadores de la industria televisiva en el país replanteen sus estructuras y modelos de negocio ante las nuevas plataformas de consumo de contenidos y entretenimiento que ahora cautiva a los públicos mediante temas más diversos.