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Apple ha enviado repetidos correos a sus empleados trabajando en casa de respetar las reglas de secrecía
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No todos los ingenieros de la marca trabajan desde casa, pues algunos prototipos requieren pruebas on-site
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Previo a la crisis por la COVID-19, Apple no dejaba que salieran de sus instalaciones más que prototipos terminados
Cuando la COVID-19 empezó a causar estragos en China, una de las primeras marcas que empezó a sufrir por la pandemia fue Apple. Muchas de sus operaciones de manufactura tuvieron que ser suspendidas para detener la expansión de la enfermedad. Asimismo, un sinfín de tiendas tuvieron que ser cerradas. Y ahora, incluso ha tenido que retrasar eventos y un par de lanzamientos de alto calibre. Pero ninguna de estas consecuencias es la más grave o seria.
Según Bloomberg, la mayor preocupación de Apple sobre la COVID-19 no es el lanzamiento de un iPhone ni tiendas cerradas. Por años, la compañía se ha distinguido por ser una de las empresas más reservadas de la industria. Esto lo lograba gracias a que siempre desarrollaba sus nuevos proyectos en zonas especiales, perfectamente aseguradas contra ojos externos. Y lo más importante, por una severa política en contra de cualquier esquema de trabajo remoto.
Pero con la COVID-19 y las condiciones extraordinarias que ha causado en todo el mundo, la tecnológica podría perder esta invaluable ventaja de negocio. Por primera vez en su historia, miles de colaboradores están trabajando desde sus casas, potencialmente con secretos de la compañía. Incluso se ha reportado que algunos empleados están llevando a casa prototipos en sus primeras fases de desarrollo a su casa, con el objetivo de probarlos y trabajar en ellos.
¿El fin de la era de los secretos de Apple?
Hay que destacar que la COVID-19 no solo está presentando retos a la empresa de Tim Cook. Muchas compañías han decidido despedir a una parte significativa de su personal, con la meta de sobrevivir a la difícil situación económica que provocó la pandemia. Muchas otras, como lo es Amazon, están limitando sus operaciones en ciertas unidades para reducir el riesgo. Unas más, como McDonald’s, han tenido que pagar caro por sus primeras reacciones a este brote.
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Pero hay que regresar al caso de Apple y sus secretos de negocio en juego. La marca es muy especial en la industria porque, mientras otras empresas (en especial Samsung y Google) se benefician claramente de las filtraciones, ésta tecnológica no usa esta técnica. Por el contrario, siempre apuesta a lanzamientos perfectamente planificados. De esta forma, puede gestionar a la perfección las expectativas del público y sacarle mayor provecho al fanatismo de su público.
No parece, al menos hasta ahora, que la compañía haya sufrido alguna filtración ante la difícil situación que significa la COVID-19. Y lleva a cabo su estrategia de trabajo remoto sin ningún error, no hay razón para pensar que su suerte vaya a cambiar. Pero hay que aceptar que ahora el riesgo es mucho mayor que antes. Si de por sí la pandemia le hace muy difícil explotar su mercado para obtener buenos resultados financieros, la falta de control lo hará más complejo.
Adaptarse a una realidad post COVID-19
Es una certeza que la pandemia no es un fenómeno permanente. Aún si no se puede eliminar por completo al patógeno, en un futuro el mundo estará mejor armado para luchar contra el virus. Sin embargo, la COVID-19 sí está generando cambios que seguirán afectando a largo plazo. Mucha gente podría quedarse sin empleo, con repercusiones serias en la economía global. Y algunas industrias serían golpeadas tan duro que su recuperación tardaría años.
Pero así como Apple podría darse cuenta que sí puede mantener sus secretos incluso con el trabajo remoto, otros agentes creen que la COVID-19 cambiará el mundo para siempre. De acuerdo con el Financial Times, podría incrementar el control gubernamental en la economía global. Bloomberg apunta que también cambiará la dinámica del trabajo y la educación. Y de acuerdo con Político, podría reducir la incidencia de fenómenos sociales como la polarización.