La Copa Confederaciones, a realizarse del 17 de junio al 2 de julio en Rusia, podría ser la última edición de este torneo debido a la falta de interés de los aficionados y de los equipos que la disputan, además de que la FIFA ya evalúa el futuro del torneo.
De acuerdo con el medio brasileño Globoesporte, de las 696 mil entradas disponibles, hasta hace un mes, se vendieron únicamente 300 mil, solo el partido entre la anfitriona Rusia y el campeón de Europa, Portugal, tenía el lleno asegurado.
Otro factor que preocupa a los organizadores son las negociaciones para la transmisión de los partidos, según el medio, la FIFA cobra 120 millones de dólares por los derechos de la Copa Confederaciones y de la Copa del Mundo, precios que superan cuatro veces a lo cobrado en Brasil durante 2013 y 2014.
Datos de Stub Hub indican que la demanda internacional se verá mermada, los aficionados locales han comprado más del 80 por ciento de los boletos, situación que afectará la derrama económica de las diversas plazas donde se realizará el torneo debido a la falta de habitaciones de hotel ocupadas, gastos en comida, transporte y otros que se derivan del turismo.
El marketplace de boletos informó que Chile y México son los países que muestran mayor interés de sus aficionados por asistir a la copa.
Transformar el torneo.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, advirtió que se está evaluando el futuro de la Copa Confederaciones para transformarlo en un Súper Mundial de Clubes que se celebraría cada dos años.
Para el máximo responsable del órgano rector del futbol internacional, el hecho de que las potencias mundiales se preocupan poco por el torneo, propicia que se considere desaparecerlo al no tener un lugar en el calendario futbolístico cada vez más congestionado.
El torneo fue adoptado por la FIFA en 1997, anteriormente conocido como la Copa Rey Fahd, no ha logrado despertar el interés por parte de los aficionados, equipos, que en la mayoría de las veces participan con cuadros alternativos, sedes por lo que no cumple con su función de ser un simulacro del Mundial.
Como marca, la Copa Confederaciones no tiene un peso dentro de los grandes eventos del futbol, su posible transformación a un evento ampliado de clubes podría tener una mejor exposición, aunque el calendario será un factor indispensable para el éxito o fracaso del torneo.