Por Camila González
@camilaglz
En el escenario que propongo hoy, los diferentes productos hacen las veces de motivo o herramienta de conquista, sí de conquista de amor, de eso hablo. Se disfrazan de celestinos y acercan a los amantes para luego engalanar su imagen, la de los productos. Un desodorante, una máquina de afeitar y un dulce son instrumentos del amor –suena cursi, ya sé, pero está bien pasar de ser producto a ser utensilio de amor–. Acá pongo sobre la mesa sus anuncios tomados de Huellas de la publicidad.
Axe, ¿un desodorante? Para nada, más bien el pretexto o la química que provoca ciertos momentos… digamos momentos clave, ¿les suena? Este anuncio es un slice of life que no necesita palabras ni nada más, es rotundo, hasta la tacita de azúcar queda de más. ¿Se atreven a negarlo?
A mi parecer, en este spot, Gillette, su máquina de afeitar otorga toda la seguridad y la “guapura” al galán, un mérito para un simple producto, y al final se deriva la fiesta y, claro está, la esperada conquista. Todo un análisis fino de 30 segundos de imágenes comerciales que elevan a un simple producto a toda una artimaña para la seducción. ¿Por qué no?
Otra marca que se viste de conquista es Bubu Lubu, un chocolate tan rico que no tiene pierde ni para atraer justo al que uno quiere. Resulta ser el pretexto clave, el enganche, un puente entre dos. Este anuncio revela cómo un dulce y la creatividad publicitaria confluyen para poner a un producto en el plano sensible del ligue.