Un hecho que se enfatizĆ³ con la pandemia es que muchas de las principales empresas y marcas han incluido en su publicidad y en sus discursos corporativos el āser verdesā, āretribuir a la sociedadā. Hablan de la forma en que adquieren compromisos para reducir su huella de carbono, asĆ como su vocaciĆ³n por la equidad o por el apoyo a las comunidades en las que operan. Incluso esta publicidad con contenido social en ocasiones desplazĆ³ a la de productos o servicios que ofrecen al mercasdo. Y, cuando todos estĆ”n refiriĆ©ndose a lo mismo, parece que el mercado es de un solo color: verde, lo que dificulta aĆŗn mĆ”s diferenciar el discurso en ese mar de empresas marcas y distinguir quienes realmente estĆ”n sembrando algo o nada mĆ”s son simulaciones para repintar sus fachadas o, como se dice popularmente, āpara taparle el ojo al machoā.
MĆ”s allĆ” de la moda o de explotar los sentimientos de las audiencias que se han vuelto mĆ”s sensibles a los mensajes emocionales, debe dejar de considerarse a la sustentabilidad como un tema de imagen o un gasto, para incorporarla al negocio a travĆ©s de las marcas. No hay motivo por el cual la sustentabilidad no se deba entender como una inversiĆ³n que puede brindar un retorno.
Hoy, las cuestiones medioambientales, sociales y de gobernanza deberĆan ser una de las principales preocupaciones de la direcciĆ³n corporativa y los consejos de administraciĆ³n. En un principio, una postura pĆŗblica sobre cuestiones de ESG era una tĆ”ctica de relaciones pĆŗblicas. Sin embargo, en el actual clima empresarial cambiante, la exigencia de la transparencia y el escrutinio pĆŗblico, la atenciĆ³n a los problemas de ESG se estĆ” volviendo fundamental para el Ć©xito competitivo a largo plazo.
La sustentabilidad pasĆ³ de ser el tema en boga en las Cumbres sobre el clima o de las naciones ricas, para colocarse en el centro de los negocios. Por eso no sorprende que las empresas hayan adoptado el tema directamente en la narrativa de sus marcas.
Hoy en dĆa la sustentabilidad corporativa ha tenido que evolucionar a travĆ©s de la RSC, hacia una polĆtica ESG, y estĆ” comprobado que las empresas con polĆticas ESG sĆ³lidas tienen un mejor desempeƱo financiero a largo plazo, ofreciendo mayores retornos de inversiĆ³n, por lo que ahora lo mĆ”s importante es que todas se alineen a esta manera de hacer negocios.
A tono con esta tendencia, los medios informativos han pasado de dedicar espacios exclusivos pero reducidos a este tipo de informaciĆ³n, a incorporarla a sus pĆ”ginas centrales. El peso de lo medioambiental se ha incrementado notablemente en la cobertura mediĆ”tica, de manera directamente proporcional al aumento de la concienciaciĆ³n social al respecto. Difunden las medidas ecolĆ³gicas que estĆ”n tomando algunas empresas para hacer de Ć©ste un mundo mejor.Ā
Sobre este tema, Juan FrancĆ©s, socio de Estudio de ComunicaciĆ³n, la firma consultora en ComunicaciĆ³n Corporativa mĆ”s importante de EspaƱa, destaca que āno cabe vender humo. El humo estĆ” mal visto por los periodistas, por la sociedad. Las empresas que pretendan subirse al carro con un mero maquillaje verde van a quedar muy retratadas.ā Por eso es importante tener la capacidad de discernir entre los distintos tonos de verde que puede llegar a tener la informaciĆ³n que genere una compaƱĆa. El equipo de comunicaciĆ³n debe tener esa capacidad o coordinarse internamente con otras Ć”reas de la CompaƱĆa para llegar a identificar lo verdaderamente noticioso que se estĆ© realizando para poder convertirlo en noticia. MĆ”s aĆŗn, si la empresa vende productos de consumo masivo, que pueden ser objeto de deseo del comprador concienciado o, por el contrario, motivo de boicot consumista al ser identificado con un producto que contamina mucho.
Comuniquen en verde pero, como siempre, eligiendo bien el tono de la informaciĆ³n, recomienda FrancĆ©s.