El reflector político dirige su haz de luz a Brasil. El gigante sudamericano tendrá en octubre elecciones presidenciales, mismas que enfrentan a dos únicos rivales, Luis Inácio Lula Da Silva y el actual mandatario Carioca, Jair Bolsonaro. Hasta este momento, los sondeos dan una ventaja de 10 puntos al expresidente Lula.
A lo largo del año, algunos países de nuestro continente han tenido sus procesos electorales, mismos que presentan a candidatos de derecha e izquierda, lo cual ha sido un enfrentamiento recurrente, situación parecida a lo que pasa en el fútbol cuando de un clásico se trata; existe alta rivalidad y los hinchas vitorean con pasión desde la grada.
Colombia fue el más reciente encuentro con la victoria para el izquierdista y exguerrillero Gustavo Petro.
En Brasil, y hablando de la estrategia de comunicación política de cada candidato, se proyectan a tres meses de la elección mensajes que claramente muestran al ciudadano el rumbo que cada uno tomaría. En este punto, la recomendación para el gran elector brasileño es que revisen lo que está pasando en otros países de la región que tienen una u otra ideología para así no equivocarse al momento de cruzar la papeleta. Nada como experimentar en cabeza ajena.
¿Cuáles serían esos indicadores que todo ciudadano debe tomar en cuenta?
1. Nivel de pobreza de la población.
2. Creación de nuevos empleos y el Producto Interno Bruto.
3. El índice general de seguridad.
4. Los niveles de atención en salud pública.
5. La atracción de inversión extranjera directa.
6. La inversión en la educación.
7. Las políticas de incentivación a la industria agrícola.
8. Políticas de comunicación y transparente rendición de cuentas.
En consecuencia, cada político sensible y conocedor de la realidad local, debe diseñar los mensajes que respondan a las necesidades ciudadanas mencionadas y éstos, seguramente deseosos de tener resultados, deberían de llevar en su bitácora personal, los seguimientos de los mismos teniendo una preferencia de acuerdo al desempeño de cada gobernante y no por las retóricas y frames que preparan para evadir la realidad.
Independientemente de lo anterior, la arena política brasileña tiene ya un clima electoral polarizado debido a la aparición de las fake news que pautan mensajes con situaciones que no tienen sustento y que solo provocan confusión en el ciudadano que no tiene acceso a la información real y lo que es peor, presenta un alto nivel de vulnerabilidad.
En el país sudamericano, se tienen avances en temas de legislación y acciones para fomentar un buen periodismo, el clima de noticias falsas sigue presente. El 80% de la población utiliza WhatsApp y ha sido relativamente fácil enviar por ese medio notas que provocan confusión.
El tamaño de la economía brasileña es considerable, razón por la que sus aliados en el mundo, como el embajador de la Unión Europea en Brasil, Ignacio Ybáñez, pide que se respeten los resultados que se obtendrían y que se deje de emitir mensajes que son catalogados como parte de las campañas negras que generan violencia y que fracturan a la sociedad.
Lo que está en juego es una elección en medio de un mar de noticias falsas que llevarían a los brasileños a tomar malas decisiones y a presenciar debates violentos y episodios cargados de odio.
Nos encontraremos más adelante.