AsĆ, una empresa serĆ” integralmente competitiva cuando sea capaz de obtener con la venta de sus productos una rentabilidad sostenible, lo que implica minimizar el impacto ambiental de su producción y asegurar un desarrollo de su actividad de forma socialmente responsable, garantizando el mĆ”ximo desarrollo personal y profesional de sus trabajadores y generando un impacto positivo en el entorno local y global.
Desde el punto de vista de los criterios económicos, el siglo XXI estÔ viviendo una profunda transformación del modelo productivo basado en la irrupción de un nuevo paradigma competitivo, el conocimiento. El desarrollo tecnológico y la incorporación de un mayor valor a la producción a través de la innovación se configuran como la mayor fuente de competitividad en el futuro. Respecto a los criterios ambientales, la degeneración climÔtica derivada de un crecimiento económico excesivo ha convertido a la recuperación del medio ambiente en una exigencia.
En definitiva, el camino de la empresa hacia su competitividad no se debe plantear sólo en términos de mercado, sino que debe hacerse en los amplios términos de la sostenibilidad.
Pero hay un punto al que todos los empresarios quieren llegar: al ābottom lineā de su cifra de negocio. La rentabilidad que todas las organizaciones deben preservar.
En ello, la comunicación tambiĆ©n tiene un papel protagónico. Los beneficios que puede aportar una estrategia de comunicación correctamente planteada y unas buenas herramientas para implantarla son muchos. Comunicar bien nos hace competitivos. Invertir en mejorar y potenciar la comunicación en nuestras empresas y organizaciones significa generar valor para la gestión de recursos humanos y aumentar la productividad y la rentabilidad.Ā
La comunicación planificada es rentable y cuando las empresas quieren abrir sus productos al mundo, imprescindible. Son pocas las empresas que se internacionalizan aprovechando todas las potencialidades de su imagen. En un mundo globalizado, el refrĆ”n āEl que no enseƱa no vendeā es plenamente vigente.
Actualmente, los problemas que existen en las organizaciones y en las empresas son problemas que las personas traen sin resolver desde hace tiempo. Existen muchos problemas de comunicación entre padres e hijos, en las parejas, con los amigos, y como no si estos problemas personales los podemos extrapolar al terreno de la empresa.
Aunque en el terreno personal parece que se lleva tiempo trabajando en ello, hoy es obvio el impacto de una mala comunicación en las organizaciones. Por otro lado, también existe problema de comunicación entre los lideres y sus equipos, no se generan espacios, no existen los canales adecuados y en muchas organizaciones la comunicación en vez de una necesidad es un lujo. Por no hablar de falta de escucha activa y de las múltiples formas de interpretar un mismo mensaje que tenemos las personas.
Es un hecho que la comunicación se da en toda la organización se quiera o no se quiera, y cuando en las organizaciones no establecen los canales adecuados, si no existe espacios formales para la comunicación o transmisión de ideas ante la incertidumbre surgen los tumores y los canales informales.Ā
Las empresas que consigan mejorar la calidad de sus comunicaciones, que derriben las barrera de comunicación de los lĆderes, que promuevan canales tanto internos como externos, generandoĀ espacios para la comunicación y que empiecen a poner el foco desde dentro hacia fuera, serĆ”n capaces de mejorar su competitividad, porque cuando la comunicación fluye a nivel interno esto siempre se proyecta a nivel externo.