Según la publicación Harvard Business Review “trabajar de manera colaborativa con tus competidores de negocio está de moda”.
Existen casos fundamentados de diversas industrias que han demostrado que esta estrategia, no sólo es factible, sino que además funciona!. Ejemplo como General Motors y Toyota en el ensamble de automóviles, Siemens y Philips en el desarrollo de semiconductores, Canon y Kodak en el sector de las fotocopiadoras, entre muchos más.
Considero que en la industria de reuniones y eventos corporativos es un hecho que es favorable colaborar con tu competencia directa e indirecta. Te sugiero que tomes en serio que el que hoy es tu rival, el día de mañana se puede convertir en un importante socio estratégico de negocios.
Específicamente en la organización de eventos corporativos, sin importar el tamaño de tu agencia, no eres experto en “todo”, por lo tanto no puedes, y mucho menos debes de pretender hacerlo.
La realidad es que en el camino se presentan proyectos que superan la capacidad de producción, de recursos humanos, financieros, entre otros. Cuando esto sucede es “de grandes”, reconocer que vendría muy bien una ayuda. Me atrevo a afirmar que hay agencias cimentadas en valores de ética, honestidad y seriedad, con las cuáles te puedes aliar para que el proyecto pueda triunfar.
Obviamente, la confianza es indispensable; entender que ambas empresas salen beneficiadas en términos de experiencia, ingresos, currículum laboral. No obstante, se requiere un cuidadoso respeto de los límites, funciones, obligaciones y responsabilidades. Es fundamental desde el momento de la planeación documentar por escrito quién será responsable de cada actividad; de esta manera evitas malos entendidos y sobre todo fomentas que la fórmula se pueda repetir.
Existen eventos que requieren de un experto altamente especializado y probablemente esa persona o empresa sea tu competencia. Ahí es cuando hay que dejar el orgullo a un lado y tomar la decisión correcta: “Producir el Evento” y brindarle al cliente el mejor servicio, los mejores conocimientos y aptitudes; es el momento de aliarte.
En experiencia propia les comento que hace algunos años se nos presentó la posibilidad de realizar un gran evento que sobrepasaba algunas de nuestras capacidades en ese momento; y por el otro lado, en la agencia sabíamos que si lográbamos triunfar con este cliente se abrirían puertas para generar nuevos negocios. En su momento decidimos hacer una alianza estratégica con dos empresas especializadas que ciertamente eran nuestra competencia. Documentamos legalmente las responsabilidades de cada una de las partes, se definió a un sólo interlocutor para conseguir una comunicación efectiva y fue tal el éxito que conseguimos que inclusive ganamos un premio a nivel internacional.
En México existen las condiciones para que ésta práctica se dé; sé que hay agencias tienen la madurez necesaria para provocar que esta manera de trabajar sea una realidad.
Sin duda los retos más grandes son el respeto, la comunicación, la responsabilidad, la eficiencia, confiar plenamente en las partes involucradas y respetar los acuerdos; es más sencillo de lo que suena, se trata de apegarte en todo momento a una alta ética profesional.
Lo que es imperdonable en este esquema de trabajo es “intentar quedarte con el cliente de tu colaborador”; ese sería el peor panorama y un acto ilegal que puede tener consecuencias grandes.
Finalmente al trabajar en equipo con tu competencia, ganan todos, gana el cliente, las agencias, la proveeduría, la industria, y por supuesto México. La medición de una alianza no debe de ser evaluada por su longevidad, sino por las fortalezas que aporta a cada uno de los involucrados. Es esencial enfocarnos en reconocer que las fortalezas de tu competencia complementan tu propio éxito. Es nuestro deber seguir construyendo esta sabia cultura para profesionalizar aún más la industria de reuniones y los eventos corporativos.