Guillermo Pomarillo, un joven de 18 años, estadounidense de ascendencia mexicana y residente de Chicago, asistió a la consulta del dentista para realizarse una limpieza y terminó siendo cuestionado por haber accedido a la Universidad de Stanford con sus notas e insinuando que entraba por suerte o debido a la ventaja que le brindaba su origen étnico. La respuesta de Pomarillo a estos señalamientos ha sido aclamada en Facebook.
Las redes sociales han abierto un espacio democrático en el que los usuarios pueden expresarse, y en este caso, el joven estudiante ha sido tan contundente que ha recibido el apoyo de miles de usuarios de Facebook, que reprueban la conducta que ha mostrado un odontĂłlogo que no solo se mostrĂł sorprendido cuando Pomarillo le comentĂł que estaba por asistir a Stanford, sino que comenzĂł a realizar señalamientos muy duros e injustos debido a que su hija no habĂa podido acceder a dicha instituciĂłn a pesar de tener algunos puntos más en la calificaciĂłn de ATC.
SegĂşn explica en sus declaraciones al diario El PaĂs, Pomarillo logrĂł acceder a esta prestigiosa Universidad despuĂ©s de realizar un proceso de varios meses, además de solicitar una beca de QuestBridge, para a jĂłvenes de escasos recursos. AplicĂł a otras siete instituciones y saliĂł seleccionado en varias de ellas. En el caso de Standford, que era su primera opciĂłn, solo logran acceder un 4,7 por ciento de los estudiantes que aplican anualmente, como señalan desde dicha instituciĂłn.
DespuĂ©s de conocer que Pomarillo asistirĂa a esta Universidad, el dentista le comentĂł que su hija no habĂa sido aceptada a pesar de obtener un puntaje superior por pocos puntos en la prueba estándar de admisiĂłn, lo que molestĂł al joven, debido a que sus condiciones de vida eran muy diferentes.
En pocos dĂas este joven estudiante partirá a California para estudiar ingenierĂa, aunque aun no esta seguro de cual será su especializaciĂłn, sin embargo antes de partir y pocas horas despuĂ©s de haber asistido a la consulta, ha querido explicar su historia y la del mal rato que ha vivido cuando el profesional de la salud bucal le señalĂł que no merecĂa asistir a esta universidad.
Querido dentista:
Hoy fui a su consultorio despuĂ©s de salir temprano del trabajo. Usted no lo sabe pero tuve que caminar casi dos kilĂłmetros y medio para llegar a mi cita. Mi madre y mi padre no pudieron llevarme porque estaban ocupados trabajando. Pero para mĂ era imperativo hacer la limpieza de mis dientes antes de ir a la escuela. Por eso decidĂ caminar esa distancia. EntrĂ© a su consultorio esperando que las cosas transcurrieran rápidamente. Y asĂ fue. Me llamaron y me sentaron en una silla en donde una mujer limpiĂł mis dientes vigorosamente (lo que estuvo bien, realmente necesitaba una limpieza). DespuĂ©s, la mujer me preguntĂł si querĂa o necesitaba frenos. A manera de broma le dije que sĂ, pero que no podĂa pagarlos. Posteriormente me dijo que usted vendrĂa y hablarĂa conmigo. DespuĂ©s usted se acercĂł y me preguntĂł si querĂa frenos. Le dije que el año pasado habĂa intentado conseguirlos a travĂ©s de un programa del gobierno, pero que la ayuda me habĂa sido negada. Usted me preguntĂł si querĂa solicitar el apoyo otra vez (es importante mencionar que este proceso tarda semanas y a veces meses). Le dije que no tenĂa caso pues me irĂa a la universidad y que estarĂa lejos (no iba a poder asistir a las citas mensuales). Me mirĂł perplejo. Le dije, “IrĂ© a Stanford”. Su reacciĂłn inicial fue de sorpresa. Pero, Âżse sorprendiĂł porque estaba ante un futuro estudiante de Stanford o se sorprendiĂł porque tenĂa en su silla a un estudiante de escasos recursos perteneciente a una minorĂa que iba a estudiar en Stanford? Creo que fue la segunda opciĂłn.
Inmediatamente despuĂ©s comenzĂł a preguntarme cuál habĂa sido mi puntaje en el ACT (American College Testing). Fue extraño porque ningĂşn profesionista me habĂa preguntado eso antes. ContestĂ© con la verdad. Con su respuesta me quedĂł claro lo que estaba pensando. De manera sarcástica dijo: “¡Guau! ÂżObtuviste (x) puntos en tu ACT y entraste a Stanford?”
Estaba confundido, yo siempre creĂ que mi puntaje no era tan malo. Es decir, fui admitido en muchas otras escuelas además de Stanny. DespuĂ©s usted dijo, “Pues mi hija obtuvo 35 puntos y no logrĂł entrar a Stanford. Ella irá a Umich (Universidad de Michigan)”. PensĂ©, “Guau, eso es genial, Umich es una buena escuela”. Pero no se detuvo ahĂ, continuĂł. Dijo, “Bueno cuando tienes chicos de vecindarios como Ă©ste, ya sabes, Englewood (Chicago), es fácil para ellos entrar a Harvard o a Stanford con un puntaje de (X).”
Yo estaba confundido. ÂżEn realidad habĂa dicho eso? Usted siguiĂł: “Sabes, cuando los chicos van a escuelas por aquĂ (escuelas pĂşblicas en vecindarios de minorĂas Ă©tnicas) es más fácil para ellos entrar a escuelas como Stanford. Mi hija va a una escuela con 20 chicos que tienen puntajes de ACT perfectos”. Me quedĂ© callado. Él continuĂł: “Eres muy afortunado. ConsidĂ©rate muy afortunado. Entrar en Stanford es como competir en La Voz, Âżsabes? como cuando los jueces te otorgan el Buzzer (botĂłn que garantiza pase directo a la competencia)”. Espere ÂżquĂ©? ÂżMe está diciendo que mi arduo trabajo durante estos 18 años es como ir a La Voz? ÂżMe está diciendo que, por pura suerte, fui admitido no sĂłlo en Stanford , sino en escuelas como Princeton, Vanderbilt, Northwestern y WASHU (Universidad Washington en San Luis, Missouri) y estoy en las listas de espera de instituciones como Tufts, Penn y Columbia? (Esto no se lo dije, por cierto).
Decir que fui admitido en una escuela solo por mis antecedentes es ridĂculo. Claro que su hija iba a tener un puntaje más alto que el mĂo. Usted es un dentista que puede pagarle la escuela para ayudarla a alcanzar ese puntaje. Usted es un dentista preparado, con un tĂtulo universitario y un grado de odontologĂa. Mis padres, dos inmigrantes indocumentados que solo tienen una educaciĂłn de escuela primaria, no tuvieron el dinero para pagarme escuelas privadas. SĂ, puede que haya crecido en un vecindario que no tiene a muchos chicos que estudien en escuelas como Stanford. Eso no significa que las personas que vienen de donde yo vengo no tengan el potencial para tener Ă©xito en Stanford. Merecemos ir a lugares como Stanford.
Me menospreciĂł. Me etiquetĂł. SĂ, mi nombre me delataba. Pero usted era un completo ignorante de mis luchas. Lo que no sabe es que yo crecĂ en una casa en donde solo se hablaba español. Tuve que aprender inglĂ©s por mi cuenta. CrecĂ en un hogar donde a veces no podĂamos darnos el lujo de pagar el alquiler o no tenĂamos suficiente comida para toda la semana.
CrecĂ en un hogar en el que mis padres no tenĂan ni idea de lo que implicaba el proceso de admisiĂłn para una universidad. CrecĂ en un hogar donde la universidad parecĂa un sueño lejano. CrecĂ en un hogar en donde no solo serĂ© el primero en asistir a la universidad, sino que voy a ser el primero en salir de mi casa. Su hija obtuvo algunos puntos más que yo. Si esos puntos significaran que ella es mejor que yo, entonces no está considerando muchas cosas. No está considerando que librĂ© muchas más batallas que su hija. No está considerando que todas las probabilidades estaban en mi contra.
Pero se siente con el derecho de decir que tuve “suerte” y que “porque soy de donde soy” entrĂ© a Stanford. Lo que no sabe es que desde una edad muy temprana sobresalĂ en las aulas. Mi madre me cambiaba de escuelas cada vez que nos mudábamos a un nuevo y pequeño departamento. Pero sobresalĂ. Fui a una escuela secundaria de siete kilĂłmetros de mi casa para poder ser mejor. AsistĂ a una de las mejores preparatorias de Chicago y fui aceptado por otras muy bien evaluadas. AsĂ que si la pura suerte te lleva a las mejores escuelas del paĂs, entonces algo malo está sucediendo en el proceso de admisiĂłn. Tal vez, solo tal vez, el panel de admisiĂłn no vio perseverancia o fuerza en su hija. DespuĂ©s de todo, su padre, un dentista, es capaz de ayudarla a alcanzar un puntaje como el que obtuvo a travĂ©s de una ayuda financiera o incluso a travĂ©s de clases particulares. Tal vez, solo tal vez, el panel de admisiĂłn vio más allá del puntaje cuando vio mi perfil. Eso no quiere decir que yo sea mejor que su hija. Significa que tengo la fuerza, la determinaciĂłn y la perseverancia para tener Ă©xito en un lugar como Stanford. ÂżPodrĂa ser que el panel de admisiones no vio eso en su hija? Porque crĂ©ame, escuelas como Stanford evalĂşan todo, no solo puntajes.
Sinceramente
El chico latino pobre que necesita ayuda del gobierno para obtener frenos, pero que aun asĂ fue admitido en Stanford.