Se me ocurre que cuando nos comemos un caramelo, un poco nos volvemos a sentir niños, saboreamos lo dulce de la vida. De alguna manera asociamos estas golosinas con lo rosa, lo suave, lo lindo, de nuevo la infancia. Ahora la caja de pandora de los spots, Huellas de la publicidad, devela ejemplos en que las marcas de caramelos y chocolates Cadbury apuestan por la fantasía.
Halls, hace más de dos décadas en 1983, recurre a una escena de cuento de hadas. Un hombre volador, que evoca a Mary Poppins, baja de la altura a una estación de trenes para ofrecer las pastillas refrescantes. El sujeto mágico rompe con la realidad de los viajeros y Halls rompe con lo lógico cuando su frescura en la boca de algunos, casi que los pone a volar. Esta escena de ficción deja la sensación de que Halls nos saca de lo real. ¿Qué mejor cuando lo real a veces es tan duro?
Anunciante: Cadbury
Categoría: Halls
Año: 1983
De otra manera, pero también apelando al poder de la mente, Chiclets Adams, 2001, pone a reflexionar a dos chicos en la banca de un parque. Con envidia, al ver a las palomas, se preguntan por qué los humanos no volamos. Una paloma se defeca sobre uno de ellos. Con simpleza, el otro dice: déjame masticarlo. Sin más, el mensaje es que comer chicle induce a pensar y reflexionar. Comer goma de mascar no es sólo comer goma de mascar. Interesante descubrimiento.
Anunciante: Cadbury/Adams
Categoría: Gomas de mascar
Año: 2001
El inimaginable poder que tiene la mente, incluso sobre lo que sucede a otros. Eso es lo que propone el spot de chocolatinas Cadbury en 2003. En un bar una mujer le coquetea a un hombre, cuando ella está sobre sus piernas, le arrebata la chocolatina que se está comiendo. El poder de los pensamientos de él pone una trampa a la huída de ella, quien se cae al piso. Las chocolatinas hacen milagros o ¿el milagro es la chocolatina misma?
Anunciante: Cadbury
Categoría: Chocolates
Año: 2003
Sobre la autora
Camila González trabaja en IBOPE AGB México.