Por Camila González

Hay productos que han acompañado a la gente durante décadas. Hay productos que son parte de la vida. Hay productos que son en sí mismos la cotidianidad en la cocina, en el baño, en la sala, en el jardín. Hay productos que compramos casi por afecto, por una cierta ritualidad de las cosas que nos gustan, en el caso de La Lechera, que nos endulzan el paso de los días.

Un vistazo a cuatro spots de La Lechera, regados en el tiempo, deja la sensación de que esta lata por la que muchos deliran ha transformado la forma de su mensaje comercial, pero no deja de fortalecer el vínculo emocional que nos une a ella. En 1980 La Lechera anunciaba la lata chiquita, esa que varias generaciones llevamos a la escuela, abríamos con la punta de un cuchillo y el golpe certero de una piedra. Eran necesarios dos huequitos.

Anunciante: Nestlé
Categoría: Leches líquidas
Año: 1980

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Este spot, a pesar de ser evidente en sus imágenes y explícito en su recomendación, apela a la idea de que La Lechera da energía. Lo enfatiza a través del niño que juega al béisbol con más vigor después de ponerse la latita en la boca y el pequeño que logra lo impensable: subir y bajar en una resbaladilla. Mucha energía, mucha.

Para 1991, la empalagosa golosina se anunciaba como un ingrediente de cocina fundamental para recetas de postres. En este caso la lata grande, convertida en un pastel provocativo, endulza el mundo de los jóvenes. Le da un toque a las experiencias del primer amor y de la primera salida. La Lechera hace postres y los postres alegran los momentos.

Anunciante: Nestlé
Categoría: Leches líquidas
Año: 1991

El flan listo para comer de La Lechera, en 2004, se proyecta como una salida fácil para nutrir a los niños, a la vez que les das algo rico. Su obvio mensaje resalta con palabras que el flan lleva huevo, que no es de ninguna manera comida chatarra. Le apuesta al concepto de familia, lo mismo que sucede con el de 2005.

Anunciante: Nestlé
Categoría: Leches líquidas
Año: 2004

Anunciante: Nestlé
Categoría: Leches líquidas
Año: 2005

En este último, una mamá, rol que siempre ha decidido sobre La Lechera, hace de nuevo un postre. Incluye mensajes de amor, de unión en la cocina y de “la mamá hace todo por sus hijos”. En este caso, como en muchos, la mamá se hace cómplice de la leche condensada para cocinar de forma rápida y práctica. De otra manera pasaría una mañana entera batiendo la leche en una olla al fuego.