Para muchos de nosotros no es fácil reconocer nuestras debilidades ni tener una visión realista de nuestras capacidades; sin embargo, la autoconfianza es el sentimiento que contribuye a conocer y aceptar nuestros conocimientos, habilidades e imagen, y nos permite afrontar retos de toda índole con resiliencia al mismo tiempo que construye autoestima.
Los cánones preestablecidos socialmente, han permeado en nuestra educación y expectativas sobre nosotros mismos y sobre los demás desde hace cientos de años, por lo que es muy común sentir que no estamos haciendo las cosas bien, que no somos suficientes y que no nos vemos o vivimos como nos dictan los estándares sociales, esto impacta directamente nuestra confianza, autoestima e incluso, nuestra salud mental.
Como contexto de esta situación, en México, las mujeres se perciben con una autoestima inferior a otras personas, y sólo el 47% sienten que tienen una autoestima alta y que, en buena medida, está determinada por su autonomía corporal y financiera, así como por la libertad de expresión y pensamiento, de acuerdo con el estudio What Women Want de Kantar.
La baja autoestima puede derivar o tener origen en problemas de salud mental. De esta manera, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que una de cada ocho personas padece un trastorno mental, con un significativo aumento de la ansiedad (26%) y depresión (28%) a raíz de la pandemia. Se estima que el 70% de las mujeres padecen problemas de salud mental, mientras que en los hombres la proporción es únicamente del 30%.
Como es sabido, el auge de las redes sociales ha impactado significativamente en la autopercepción de las personas, ya que a partir de las tendencias que se comparten a través de estos medios y el alcance que tienen, pareciera que no somos parte de un ambiente determinado por paradigmas sociales.
Por ello, es determinante que cada vez se hable más de este tema e ir más allá, haciendo pequeños esfuerzos para promover la confianza y seguridad en las personas. Abrir espacios de escucha, acompañar a aquellos que atraviesan un mal momento, impulsar la búsqueda de su mejor versión para que se sientan plenos y felices, siendo conscientes que todos somos diferentes y debemos abrazar nuestra autenticidad y belleza, como cada uno la conciba.
Para mí, la confianza es la nueva belleza, porque se trata de que las personas se sientan bien en su propia piel, encontrando formas de sentirse más seguras. No se trata de un camino recto, pero sí de uno que lleva a las personas a tomar mejores decisiones y tener motivación para encontrar nuevas formas de enriquecer sus vidas, reflejar su belleza al máximo y vivir mejor.
Esto me ha motivado a lo largo de mi carrera profesional, y hoy, como líder de Merz Aesthetics en México y DPB, he profundizado y comprendido mucho más el impacto que nuestra autoconfianza puede tener en nuestra salud mental. Como una compañía dedicada a la medicina estética, nos esforzamos por ofrecer tratamientos que satisfagan las necesidades de los pacientes, además de acompañarlos en el proceso invitándolos a buscar su mejor versión. Todo esto siempre de la mano de especialistas para que juntos impactemos de forma positiva a las personas.