Una de las medidas para resolverlo ha sido el estreno vía plataformas, ya sea con costo adicional (Disney+, por ejemplo) o como parte de la estrategia para fortalecer un servicio de streaming (HBO Max). En cualquier caso, ninguno ha dado certeza por completo y, al igual que otras estrategias, están aún a prueba. El mejor caso es “Black Widow” y su espectacular estreno con una dramática caída el segundo fin de semana como se explica en este mismo espacio en “Black Widow y la navaja de doble filo de los estrenos simultáneos”. A ello se suma un tema que ya había sonado un poco antes, pero que recientemente cobra más relevancia con la demanda de Scarlett Johansson a Disney.
Scarlett Johansson comenzó su relación con Disney, vía el Universo Marvel, en “Iron-Man 2”, con un salario por 400 mil dólares y por un contrato que incluía su participación en otros filmes más de la serie. Terminaría siendo el primer rol femenino relevante de la serie y clave en el desarrollo de la historia general hasta “Avengers: Endgame”. Su filme en solitario llegó con “Black Widow”, una precuela (dado que su personaje muere) que sucede entre “Capitán América: Guerra civil” y “Avengers: Infinity War”. Por ella recibió 20 millones de dólares.
Ahora, antes de llegar a la cuestión de la demanda y que seguro marcará un precedente en la industria, hay que destacar que el crecimiento de Johansson como súper estrella se da justo de la mano de Marvel (antes, aunque ya era reconocida, estaba más en el cine independiente como demuestran sus roles en “La joven con el arete de perla” o “Perdidos en Tokio”) y que, puede discutirse, el de Marvel se ha dado también, en parte, gracias a ella (y el grupo de actores en general). Eso y el hecho de que los filmes se han convertido en grandes éxitos de taquilla explican el incremento en su salario. La cuestión está en que el ingreso de Johansson, como el de otros actores y directores, no se limita al monto fijo mencionado.
Para encontrar un punto intermedio y detener el asenso de salarios millonarios, el acuerdo al que llegaron estudios y agentes es recibir un porcentaje de la taquilla. Al recurso se le conoce como “gross point” y existe desde los 50’s cuando Jimmy Stewart recibió 4% de lo que recaudó “Winchester ‘73”. Un gran ejemplo de cómo funciona y porqué el talento los busca es el de Sandra Bullock en “Gravedad”. Su salario fue de 20 millones de dólares con un 15% de ingreso bruto de la taquilla (noten que en su caso fue bruto, no neto; hay variaciones en ello), lo que le significó alrededor de 70 millones de dólares más (la película ingresó mundialmente poco más de 720 millones de acuerdo con Box Office Mojo).
Los detalles del contrato de Johansson, en términos de qué porcentaje recibiría de la taquilla no se han especificado, igual que no se ha mencionado si existía alguna otra cláusula (por ejemplo, el porcentaje incrementa si se llegan a ciertos montos). Sin embargo, con la película decreciendo sus ingresos en salas de manera contundente (de 105 millones en la primera a 16 en la tercera) es claro que difícilmente alcanzará los niveles que Marvel manejaba antes de la pandemia (“Black Panther”, “Capitana Marvel” y “Endgame”, de las últimas antes de la pandemia, superaron el billón y a las que les iba “mal” como “Ant-Man y The Wasp” sobrepasaban los 600 millones). El desacelaramiento de la taquilla es obra del contexto actual, pero, como se mencionó en el citado artículo, sus ingresos pudieron ser mayores en salas de no haberse estrenado también vía Premium Access en Disney+ donde el único beneficiado es Disney (cuando es vía taquilla sólo recibe el 60%) y ésa es la cuestión.
Los contratos del talento incluyen un porcentaje de la taquilla, no de los ingresos por otras vías. Eso quiere decir que de los 60 millones declarados por Disney (algo inusual, es información que regularmente se reservan) que se obtuvieron por Premium Access, Johansson no verá nada (no estaba contemplado en su contrato, la modalidad no existía). Entonces, la actriz está inconforme puesto que la decisión de Disney de cambiar la modalidad de distribución la afecta.
El caso de Johansson no es el primero ni el único, pero sí es la punta de lanza en el contexto actual. Christopher Nolan recibió un 20% de lo generado por “Tenet” con todo y que fue un fracaso en la taquilla por cuestiones propias de la cuarentena. Patty Jenkins y Gal Gadot recibieron 10 millones adicionales como compensación por parte de Warner Bros. tras decidir estrenar todos sus estrenos en simultáneo en HBO Max. Emily Blunt y John Krasinski renegocian con Paramount Pictures luego de que acortara el tiempo de llegada, de 90 a 45 días, de “Un lugar en silencio Parte II” a servicios de streaming.
La demanda de Johansson se convierte en un elemento más que Hollywood debe resolver entre el mar que le ha implicado la pandemia y que verá no sólo nuevas formas de distribuir y explotar los productos de entretenimiento sino de reconocer y repartir los pedazos del pastel.
Carlos Andrés Mendiola