La búsqueda, y tratar de conquistar parte de lo que no te pertenece, o la necesidad inconsciente por reconquistar lo que crees incondicionalmente tuyo. El sueño de Mardoqueo en el libro de Ester: “Entre gritos, tumulto, truenos, terremotos y confusión en la tierra, avanzaron dos dragones enormes prestos a la lucha y entablaron un gran combate por imponerse”.
Una bestia de jade, un dragón ambicioso sumergido en oro y joyas. Textos como la Iliada y el Gran libro contienen en varias de sus páginas imágenes literarias que dibujan animales alados con más de una cabeza y aliento de fuego. Este mes de septiembre ha sido un mes de dragones, una lucha que, a semejanza de las dos ciudades bíblicas descritas en el libro de Ester, combaten por quedarse con la atención de los amantes de la ficción.
Dos de las series más esperadas para este verano, a través de un estreno casi en simultáneo, han logrado configurar un idílico campo de los sueños. Un par de dragones del streaming, catapultados por una inmensa horda de fanáticos del género, libran hoy su batalla en las redes sociales, si bien es cierto, los detractores de las series se encuentran alojados en el propio ejército. Las críticas que más han lacerado son las de los propios expertos, hemos visto como el debate se ha suscitado entre los fanáticos de una y otra serie, incluso pareciera que la indiferencia predomina entre los unos y los otros. Quienes desacreditan la pluralidad y la inclusión en Los Anillos del Poder son los mismos seguidores. En el caso de la serie La Casa del Dragón, pasa exactamente igual; pocos son los que comparan una serie con otra, la verdadera batalla sucede entre los que defienden los textos de origen en ambas ficciones.
Aislar la palabra escrita de lo que ofrece el teatro tras las pantallas, podría ser hoy la tarea más compleja por resolver para los creadores de series de televisión, las emprendas por acumular espectadores desciende algunos peldaños cuando se trata de enfrentar la verdad traslúcida de lo que se proyecta versus la otra verdad escrita. Hemos visto un debate menos riguroso sobre de cuál de las series ha sido la más vista. El ambiente punitivo ha privado en los seguidores de una y otra trama. Leer a J.R.R. Tolkien antes o después de ver a P. Jackson en la pantalla grande, o esperar 20 años para disfrutar de una historia sentado en el sillón de tu casa; me atrevo a decir, es lo de menos.
Amazon y HBO. Al menos ahora, serán un par de dragones otoñales disputando no el uno contra el otro por el control de la audiencia. Ambos emprenden una batalla que habita en el propio territorio. Al final las dos empresas se apoyan en la marca de un dragón a toda luz impropio.