Santiago, Chile. De acuerdo a una encuesta realizada por España, sólo el 30% de los adolescentes apaga el Smartphone al acostarse, lo que implica que el resto sigue conectado y con ello su capacidad de descanso disminuye al mínimo. Esperan cualquier señal para responder mensajes SMS, Whatsapp o mails.
Pero esto no es un fenómeno aislado, se da en todo el mundo y no hace falta encuestar para ver la realidad in situ. Basta subirse a cualquier transporte público para descubrir que, ni adolescentes, ni adultos son capaces de mantenerse al margen de la tecnología y ocupan sus espacios libres para comunicarse con el mundo mediante sus teléfonos inteligentes.
La conectividad es hoy un tema de discusión en diversos simposios y encuentros. Se ha generado una necesidad tal que se convierte en adicción. Sucede en especial con el Smartphone y el problema se registra desde los seis u ocho años, generando desesperación en los padres. Sin embargo, son ellos los que permiten a los pequeños tener dispositivos móviles a una edad en que se es totalmente dependiente del adulto. Entonces reemplazan la entretención y la seguridad paterna por el teléfono. Es fácil para todos.
Ahora, cabe señalar que los adultos también se han vuelto dependientes de sistemas como WhatsApp o Line, porque permite hablar, en forma gratuita, con personas y grupos en directo, lo que ha hecho disminuir considerablemente los llamados telefónicos. Según la misma encuesta española, sólo el 25% de los entrevistados utiliza el teléfono para llamar.
Otras actividades que de alguna forma generan la famosa adicción al Smartphone tienen que ver con la revisión y envío de correos electrónicos, publicación de fotografías o videos y búsqueda de información.