Internacional.- Una de las grandes preocupaciones del consumidor en los últimos tiempos (y por ende de las grandes marcas y compañías), es la de reducir la producción de deshechos y, con ello, su huella dentro del planeta, razón por la que diversas marcas han comenzado a apostar por el diseño de empaques menos agresivos con el medio ambiente, incluso comestibles.
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Claro ejemplo de lo anterior es la cadena de yogurth helado Stonyfield, la cual comenzó a usar contenedores comestibles con sabor a fruta para ofrecer su producto a partir del año pasado dentro de los Estados Unidos, iniciativa que fue vista con muy buenos ojos, principalmente entre los grupos de ambientalistas.
Pero Estados Unidos no es el único país donde se ha decidido experimentar con este tipo de empaques, pues KFC Reino Unido tiene planeado lanzar en algún momento de 2015 vasos de café comestibles, los cuales estarán hechos de mezcla para waffles, envueltos con papel de azúcar y con una capa de chocolate blanco resistente al calor.
Si bien la idea de envases comestibles pudiera parecer una buena solución para la reducción de deshechos, presenta un problema de logística, pues entonces entra a discusión el adecuado manejo de los empaques, pues ningún consumidor se llevará a la boca nada por más comestible que sea si no se garantiza un adecuado manejo del mismo.