Por esto, me permito compartirles mis tres historias con Jumex.
PRIMERA HISTORIA: COMO CONSUMIDOR.
Privilegiando el hecho de que no hay mejor escuela que la que está cerca de tu casa, fui inscrito en el Kínder Estrellita, en el lejanísimo ciclo escolar 80-81. Maestras amorosas, alumnos que como yo, buscaban divertirse y aprender. Uno de los momentos que disfrutaba con más emoción, era sin duda alguna el recreo, pues al de abrir mi lonchera que tenía imágenes de una granja, encontraba una fruta, un sándwich y por supuesto una pequeña lata de Jumex.
Independientemente de cómo fuera estructurada una campaña de marketing en aquellos años, la pegajosa canción de la planta de Jumex acompañaba lo que para mí era el factor de éxito en aquel momento: un producto de gran calidad.
Y desde aquel entonces se abrió una conversación activa sobre el consumo de un producto sano, pues la marca nunca dejó de basar su comunicación en el factor que estaba en su control y que era ganador a todas luces: frutas naturales.
Claramente protagonizó un sinnúmero de retos relacionados a la utilización de azúcares añadidas, siempre demostrando que las categorías de Jugos y Néctares, eran superiores a las de bebidas refrescantes, pero esto no afectó a la marca, pues su vinculación con el mercado tenía que ver con algo poco explorado para la época: la relación con sus consumidores.
Si bien no hablamos de los presupuestos que tenían las bebidas de cola, Jumex siempre estuvo a la vanguardia de la comunicación y del desarrollo de productos pues posteriormente lanzó Frutástica, la bebida más rara del planeta con un nivel de creatividad que disrumpe a tal grado, que se convirtió en un clásico.
Además siempre ha sido una marca valiente que puede igualmente competir en segmentos dominados por grandes monstruos, tal es caso del lanzamiento de Jumex Sport para tomar una rebanada del pastel de Gatorade y Power Ade o Chispazo, donde peleó por el liderazgo contra V8. Del mismo modo se ostenta como el líder de la industria al lanzar Único Fresco, lo que para mi es la más cercana sensación de un jugo recién exprimido no sin antes haber creado la innovadora LataBotella.
SEGUNDA HISTORIA: COMO COLABORADOR.
En 1998 ingresé al área de Logística para lo que sería el inicio de una carrera de 10 años en aquella organización. Y uno de los momentos que más recuerdo, fue cuando el equipo de planeación de la producción hacía circo, maroma y teatro para poder garantizar el abasto de piña que en aquel momento escaseaba.
Como parte de la inducción, el señor Santana, decano de la organización y quien presumía ser el empleado con gafete #1 pues habría ingresado casi cuando la compañía se formó, nos decía que era importante referirnos a los diferentes productos como “frutas” y no como “sabores” pues todos los empleados deberíamos saber que por algo cientos de camiones eran descargados en nuestras instalaciones porque no nos permitiríamos trabajar con concentrados artificiales.
Y aunque pareciera exagerado, eso se convirtió en una disciplina que pude llevar hasta mi primera experiencia como gerente de ventas y posteriormente regional, pidiendo a nuestros compradores que conocieran el proceso de producción pues era digno de presumirse.
Trabajar en una compañía que admiramos como consumidores, es simplemente una alegría indescriptible pues conocer los procesos de producción, comunicación, promoción, etc desde las entrañas, te hace sentir aún más enganchado.
Una de las mejores expresiones de una estrategia comercial inteligente, fue cuando conocí el mercado de nostalgia en los Estados Unidos. Ciruela, Tamarindo, Fresa-Plátano y Guanábana eran frutas que costaba mucho trabajo desplazar en el mercado mexicano, pero gozaban de gran aceptación con nuestros compatriotas en el extranjero pues era como llevarles un pedacito de nuestro país ya que no siempre era fácil conseguir esas variedades en sus localidades pero lo más valioso, era aprender a “leer” los signos del propio mercado.
TERCERA HISTORIA: COMO PERSONA
Tengo cariño y agradecimiento por varias personas con las que coincidí en esa organización y con las cuales aún mantengo contacto, pero la más importante sin duda, es mi esposa, pues a ella la conocí en Monterrey mientras, desde su rol en Recursos Humanos, buscaba reclutar a un gerente para la región al cuál yo también entrevistaría… pero el reclutado fuí yo y de esa historia se cumplen casi 20 años.
Nuestros hijos nacieron cuando formamos parte de la empresa, tuvimos oportunidad de forjar un patrimonio y fue una etapa que no vamos a olvidar jamás. Así que no hay modo de no tener un poco de Jumex en nuestras venas.
SEMBRANDO REFLEXIÓN
Esta empresa cumplió 60 años en el mercado y es esa construcción y renovación consistente la que la ha mantenido conectada a la marca con los consumidores, pues la consigna de Don Eugenio de tener un Jumex en cada hogar mexicano, es producto de la pasión de muchas personas trabajando hacia un mismo objetivo.
Sin duda que termina una era en la historia de una compañía orgullosamente mexicana donde más allá del marketing o la agricultura, se puede constatar que la trascendencia ocurre por la gente, por su compromiso y por el convencimiento hacia una visión.
Los espero en @soyjuanbecerril para seguir comentando sobre Marketing, Agricultura y mucho más.
