Por Alan Campos
Twitter:Â @giallor84
Correo:Â [email protected]
Durante la jornada del martes de los Juegos OlĂmpicos de Sochi 2014 sucediĂł algo que no se ve muy cotidianamente: ayudar a un rival. La acciĂłn sucediĂł durante la competencia de cross-country varonil luego de que el esquiador ruso Anton Gafarov cayera y rompiera uno de sus esquĂs, tras lo cual el entrenador canadiense Justin Wadsworth le proveyĂł de uno nuevo para que culminara la competencia.
Notas relacionadas:
La resaca del Super Bowl XLVIII
El amor (deportivo) cuesta caro
Apodos, la nueva iniciativa de NBA
Para aquellos seguidores ávidos de los Juegos OlĂmpicos este tipo de acciones no es tan raro, pues se han dado en infinidad de ocasiones a lo largo de las diferentes ediciones, sin embargo el espĂritu deportivo mostrado por el norteamericano tuvo una repercusiĂłn inmediata en las diferentes redes sociales.
Es obvio que el desarrollo de las redes sociales en los últimos años ha cambiado de una manera radical la forma en la que vemos los deportes, además de afectar el impacto que un evento tiene en la sociedad. Lo anterior me lleva a cuestionar qué hubiera sucedido de existir las redes sociales en otros tiempos y cómo se recordarán los eventos más recientes en el futuro.
Por ejemplo, quĂ© hubiera sucedido si Twitter hubiera existido durante los Juegos OlĂmpicos de BerlĂn 1936, más allá del rĂ©gimen nazista que existĂa en Alemania en aquel entonces, Âżcuáles hubieran sido los comentarios en torno a Jesse Owens y Luz Long? ustedes quiĂ©n consideran que hubiera alcanzado el nivel de trending topic antes y quiĂ©n hubiera durado más tiempo ahĂ.
Pero no nos vayamos tan lejos, durante Barcelona 1992 cuántos minutos les hubiera tomado a Derek Redmond y su padre convertirse en tendencia mundial, cuánto tiempo hubiera pasado antes de que el video de aquella competencia de 400 metros se hubiera vuelto viral.
Por el otro lado, cĂłmo es que recordaremos el acontecimiento del martes dentro de 20 años, es decir, lo acontecido en BerlĂn hace casi 80 años se ha convertido en leyenda, probablemente porque fueron muy pocas personas quienes presenciaron ese acontecimiento en vivo o porque no habĂa mucha difusiĂłn entonces; sin embargo no logro imaginarme en 40 años contando a mis nietos la historia de Anton Gafarov.
Quizás las redes sociales le han robado un poco de romanticismo al deporte, aunque quizás tambiĂ©n estoy exagerando. Ustedes quĂ© opinan, que otros momentos heroicos de los Juegos OlĂmpicos creen que se hubieran vuelto TT.