- Los Juegos Olímpicos de Tokio ya han pasado a la historia, incluso, desde mucho antes de haber iniciado
- Durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, reinará el mensaje de igualdad de género y la justicia racial
- Los Juegos Olímpicos están a unas horas de iniciar bajo un contexto de inseguridad, incertidumbre, temor y una probable cancelación
Los Juegos Olímpicos han pasado a la historia desde mucho antes de haber iniciado. El camino para llegar a la ceremonia de inauguración ha sido largo y lleno de polémica y, sobre todo, incertidumbre.
Como todos sabemos, la pandemia provocó que esta nueva edición de las olimpiadas no se llevara a cabo en la fecha planeada originalmente. Sin embargo, un años después, finalmente, el próximo viernes dará inicio el fuego olímpico.
La cita en Tokio, lugar que recibirá los Juegos Olímpicos, sin embargo, parece estar destinada al fracaso, aunque no en su totalidad.
Sin duda, la no asistencia de espectadores en cada una de las competiciones ha restado importancia y popularidad a uno de los eventos deportivos más importantes y populares de la historia.
Por si fuera poco, en el marco de una alza considerable de casos de Covid-19 derivados expresamente de los Juegos Olímpicos y los recientes escándalos de corte sexista en el Comité Olímpico Internacional, no le han hecho buena publicidad a la justa deportiva.
Pero, dentro de todo, es un hecho que este viernes estaremos “presenciando” (desde la televisión o algún otro dispositivo) una ceremonia de inauguración que, ante todo, buscará trascender más allá del deporte mismo.
La esencia de las olimpiadas
Los Juegos Olímpicos son el marco perfecto para exaltar las virtudes humanas de las personas; el valor, el coraje, la entrega, la pasión y el deseo de triunfar, son solo algunos de los atributos que, desde sus inicios, se busca difundir (o se ha buscado hacerlo) en cada una de las ediciones pasadas.
La de Tokio, por supuesto, no será la excepción y, además de eso, tendrá como propósito elevar un mensaje que, de inicio, parece urgente, dada su delicadeza, aunque pareciera más un mensaje político.
Este día, jueves 22 de julio del 2021, se hizo el anuncio de que, durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, reinará el mensaje de igualdad de género y la justicia racial.
De acuerdo con una iniciativa impulsada por el propio Comité Olímpico Internacional (COI), cada país tendrá que elegir a dos representantes con el propósito de realizar un esfuerzo importante para elevar dicho mensaje.
Algunos representantes que ya fueron seleccionados por su nación son Hannah Mills y Mohamed Sbihi, medallista de oro, quien será el primer musulmán en hondear la bandera británica en unos Juegos Olímpicos.
Política y deporte
Por supuesto, la política no está alejada del deporte; cada competición deportiva lleva sobre sí una carga política importante, y los Juegos Olímpicos también van a entrarle al juego.
La iniciativa anunciada por el COI, si bien podría entenderse como necesaria y trascendente, tiene también un tema de fondo, que es los recientes escándalos descubiertos de quien fuera el hombre al frente del Comité Olímpico Internacional, Avery Brundage, calificado por la opinión pública como una persona sexista, racista y antisemita.
Si a esto le sumamos que durante la pasada Eurocopa, después de haberse disputado la final del torneo, tres jugadores de Inglaterra fueron blanco de comentarios racistas, hablamos, entonces, de un posicionamiento político en el marco de un evento deportivo.
La publicidad en Tokio 2020
Hace unos días, compañías gigantes como Toyota y Panasonic, además de otras 60 firmas más, anunciaron que no formarán parte de la ceremonia de inauguración, mientras que otras están considerando no hacerse presentes en el Estado Nacional de Tokio.
El contexto para la publicidad en los Juegos Olímpicos parece poco favorecedor, sobre todo en un momento en el que todavía se habla de la posibilidad de cancelar la competición debido al aumento de casos de Covid-19 en varios atletas.
Como se informó hace unos días, tan solo en el concepto de las entradas, habrá una pérdida de 400 millones de dólares, según datos de Fitch Ratings.
La poca popularidad del evento en sí, sumado a la poca confianza de la población y, principalmente, al ascenso de nuevos casos de Covid-19, que, de acuerdo con reuters, en Japón se registran 3,200 nuevos contagios de media cada día, ha propiciado un panorama riesgoso para la imagen de las marcas.
Ahora, ante una posible cancelación de las olimpiadas, el golpe para los patrocinadores podría ser doblemente fuerte para aquellas que continúan apoyando la justa, y no tan grave para las que eligieron bajarse.
Así, en medio de este marco, los Juegos Olímpicos están a unas horas de iniciar bajo un contexto de inseguridad, incertidumbre, temor y una probable cancelación.