Por Juan Cárdenas
Twitter: @Desautomatas
Tenemos mucho de dónde elegir como marcas y/o empresas para seguir un camino en redes sociales: consejos, reglas básicas, estrategias, etc. Pero ¿qué hay de nuestras redes como personas, como individuos? ¿Hay también consejos y bases para comportarnos digitalmente?
Los hay, los encontrarán, pero mi respuesta es que no debe haberlos; pues sólo así será honesta la conversación en las redes, y también así sus personalidades y acciones en sus redes determinarán su “éxito” (a menos que ustedes sean mujeres con lindos y grandes senos que presuman en su avatar por supuesto, siendo así la llevan ganada).
Es también importante separar quienes son realmente personas y quienes son figuras públicas, o quienes se vuelven personajes en las redes. No es lo mismo y no aplica igual la valoración. Los personajes como en toda representación deben ser fieles a lo que buscan comunicar; las personas no, como individuos podemos dudar, podemos cambiar de opinión, dependemos de nuestro estado de ánimo, ortografía, inteligencia, ímpetu, etc. Pero todo es nuestro. No puede venir de fuera, no puede responder a ningún consenso o campaña, de lo contrario ya somos algo más que sólo individuos. Por ello es un escándalo cuando Ashton Kutcher twittea a favor del escándalo de pedofilia de la Universidad de Penn State o a López Dóriga le hackean su cuenta. Pero nada pasa cuando yo suelto sin miramientos mi opinión sobre temas sensibles.
La siguiente pregunta entonces quizá sea la más relevante: ¿importa? ¿Vale la pena hablar de esto? Cada quien sus amigos ¿no? Pero el punto anterior es justamente el que obliga a considerarlo. La línea entre el individuo y una figura pública, un Twittstar, un personaje es delgada, o muchas veces puede ser una evolución, gente no dedicada a la comunicación encuentra en Twitter, Youtube, Facebook o alguna otra un campo natural de expresión y eventualmente se vuelven personalidades.
Lo importante es mantener el impulso inicial. Detectar si fuera necesario, las diferencias o particularidades que hacen de un individuo normal una estrella digital, quizá explotarlas más, cuidarlas, pero sólo si el camino es ese, evolucionar hacia una marca. De lo contrario, creo que no, se debe mantener fidelidad hacia nuestra volatilidad.
La otra razón por la que estoy a favor de esto es ya del lado del mercadologo. Para quienes vivimos del mundo digital, cada red social es una maravillosa base de datos y estudios de mercado constantes. Foursquare, nos dice dónde va la gente, a qué, cada cuanto, con quien. Pinterest, qué tendencias de moda y diseño hay, de dónde vienen, hacia dónde van, cómo están siendo recibidas. Chill nos dice qué videos de Youtube realmente logran un engagement más allá de ser visto, qué contenido vale la pena compartir según los usuarios, cómo lo califican. Incluso los avatares de Twitter y Facebook son herramientas que uno puede usar y leer. Esto sucede actualmente gracias a la simplicidad de la gente por tener un medio particular para expresarse, mientras más honestas y auténticas sean a través de estos medios, mejor es la información que recibimos.
Afortunadamente las redes están en constante evolución, todo lo que hoy escribimos al respecto queda obsoleto un instante después, y el mercado en muchos sectores ya se rige por ellas. Incluso en México donde el porcentaje de internautas es tan bajo y el de redes sociales muy segmentado económicamente hablando. Pero el crecimiento también es rápido y ojalá pronto cambie esto. Mientras tanto, cada usuario de redes sociales es su propio publicista y mercadologo. Cada uno de nosotros tiene las mismas herramientas para saberse vender, para difundir su mensaje, para limitarlo si así pretenden, esconderlo, manipularlo, en fin, lo que sea que quieran hacer de sus “vidas digitales”.
Finalmente las redes pueden ayudarnos a conocer mejor o de forma distinta a nuestras amistades, y viceversa. Cada uno de nosotros en nuestras cuentas personales podemos hacer lo que queramos también porque la censura hacia nosotros cae constantemente, somos susceptibles a ser bloqueados, borrados, incluso reportados por ofensivos; y así como el crecimiento y popularidad son la opción, también la negatividad hacia nuestras ideas puede presentarse, y todo sirve, todo ayuda, todo puede ser utilizado siempre que nos lo propongamos.