La joyería se ha establecido a lo largo del tiempo como un producto de lujo que en algunos casos se convierte en una inversión y en otros termina por ser una símbolo de estatus.
En medio de esta dualidad, la joyería también ha determinado el valor de marcas en distintos segmentos como el de relojería y accesorios, determinando toda una industria que ha logrado impactar por las tendencias generadas, como las que encuentran una oportunidad generando piezas que terminan por llamar la atención del consumo masivo.
Ejemplo de lo anterior lo encontramos con Cartier, que ha logrado encontrar en la creatividad de sus piezas una oportunidad de comercialización sumamente exitosa con accesorios como pulseras en forma de clavos o líneas inspiradas en el amor.
Otras marcas que han logrado llamar la atención dentro de este segmento por las colecciones lanzadas son Louis Vuitton, que ha colaborado de manera exitosa con marcas personales, a quienes les ha encargado el diseño de piezas.
Frente a esta visión internacional del mercado de joyas, surgen datos que resultan interesantes observar como los proyectados por el Confcommercio-Imprese per l’Italia, donde se advierte cuáles son los factores que influencian en la decisión de compra de una joya con motivo del día de San Valentín.
El principal factor que motiva la compra de este tipo de productos es la vitrina, según un 28 por ciento de los consumidores encuestados mientras que el webrooming se convirtió en la segunda opción que motiva la compra de este tipo de productos para el 26 por ciento. Un 10 por ciento reconoció que vio el producto en un anuncio de televisión y solo un dos por ciento reconoció que adquirió el producto por consejo del propietario de la tienda.