Existe una poderosa razón para que las personalidades del mundo del espectáculo conviertan sus marcas personales en la imagen de productos que al llevar su nombre, parecen identificarse con un mercado de consumo que demanda estos productos de manera francamente millonaria.
Declaraciones de Donald Loftus, presidente de Perfumania aseguran que desde su lanzamiento, la línea de perfumes de Paris Hilton es de las marcas más rentables en su tipo y trascendidos de diversos medios especializados estiman ventas por dos mil millones de dólares, una cifra que anima a las celebridades a apostar por dejar de momentáneamente los escenarios y probar las mieles del marketing.
Al menos eso parece con el anuncio hecho sobre el lanzamiento de una línea deportiva con el nombre de Jessica Simpson, actriz y cantante que junto a Rihanna, Paris Hilton, Ivanka Trump, Pitbull o Jay Z comercializan productos que llevan sus nombres en industrias como la perfumería o ropa.
Las cifras proyectan un crecimiento para el mercado apparel, que para 2025 alcanzará un tamaño de 285 mil millones de dólares en Estados Unidos, según Wazir.
El mercado de perfumes no es diferente, para este año se espera que el tamaño de este mercado llegue a los 40.1 mil millones de dólares, según estimados de trefis.com.
Con estos números en mano, resulta importante observar ejemplos donde las marcas personales cuentan con una elasticidad donde ya no solo se trata de personalidades que incursionan en los escenarios, dentro de series de TV o el cine, ahora estas figuras incursionan en el mercado aprovechando esta presencia que capitalizan con la realización de campañas que ellas mismas protagonizan, tal como ocurrió con Simpson o Britney Spears, en el reciente lanzamiento de su perfume Private Show, cuya estrategia de marketing incluyó el lanzamiento de una canción y llevó a Spears a protagonizar su campaña.
Britney Spears – Private Show (Fragrance Commercial) from Britney-Downloads on Vimeo.
Las marcas personales parecen encontrar en el mercado nuevas oportunidades de lograr comercializar ayudándose de la percepción positiva con la que cuenta, haciendo que el trabajo de las personalidades no solo juegue a favor de las marcas con las que colaboran, sino que funcionan a favor de ellas mismas.