Las tarifas que Donald Trump piensa imponer a los productos que México exporta a los Estados Unidos pueden generar un nuevo problema a un rubro que está luchando por sobrevivir: el de los jeans o pantalones de mezclilla.
Es que si el presidente estadounidense sigue adelante con su amenaza de recargar con un arancel del 5% (y hasta el 25%) a todos los productos que llegan desde su frontera sur, uno de los más afectados será esa prenda básica en gran parte del mundo, pero especialmente en el país de Trump.
Estados Unidos importa casi toda la ropa que vende en sus tiendas, y según QZ, “recibe más pantalones de mezclilla de hombre y niño desde México que de cualquier otro país”.
En 2018, importó alrededor de US$ 691 millones en jeans desde México, según datos del propio gobierno de los Estados Unidos.
“Un arancel aumentaría los precios para todas las marcas estadounidenses de prendas de vestir que fabrican esos jeans en México y luego los importan”, ya que “lo más probable es que trasladen los costos a los consumidores aumentando los valores de venta”.
Según Poonam Goyal, una analista de retailers de Bloomberg Intelligence, “los impuestos adicionales a las empresas estadounidenses para las importaciones desde México resultarían en una mayor inflación que perjudicará a los consumidores“, le dijo a Bloomberg. “Eso podría afectar las ventas de los principales fabricantes de jeans que son Levi, American Eagle, Wrangler y Lee“.
De acuerdo con la información de Bloomberg Intelligence, “México es el octavo mayor proveedor de prendas de vestir para el mercado de los Estados Unidos y el séptimo mayor abastecedor de calzado, pero es el primero en jeans para hombres y niños, con más de un tercio de las importaciones”.
Por otra parte, sería un problema para la industria en México. Según la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, este país es el séptimo proveedor de esta tela en el mundo y uno de los grandes innovadores en su implementación en las prendas.
¿Justo ahora?
Los aranceles de Trump llegan en un muy mal momento para Levi Strauss, que a fines de marzo volvió a Wall Street luego de 34 años.
Luego de años muy complicados cuando el gusto de los consumidores se alejó de la mezclilla, con el tiempo, la marca se adaptó. Tras una excelente estrategia de mercadotecnia e innovación en sus productos, logró revivir una marca que parecía perdida.
El momento más dramático para la marca Levi’s fue 2002, cuando sus ventas cayeron desde un máximo histórico de US$ 7.000 millones en 1997, hasta US$ 4.100 millones.
En 2018 comenzó a recuperarse y alcanzó ingresos por US$ 5.580 millones, un 14 por ciento más que el año anterior, lo que resultó un perfecto trampolín para volver el jueves 21 de marzo a cotizar en Wall Street.
Ahora, los aranceles de Trump podrían derrumbarlo todo. Cuando Levi’s solicitó su OPI en febrero, señaló que los cambios en las políticas comerciales de los Estados Unidos eran un riesgo potencial para su negocio, destacando en particular los movimientos realizados por Trump para aumentar los aranceles para productos chinos. También habló de la importación y la posibilidad de cambios en la política hacia México.
En el texto, hizo referencia al nuevo TLCAN y explicó que “aproximadamente del 15% al 20% de los productos que vendemos en los Estados Unidos se fabrican en China y México”.
Allí decía: “Si la administración de Trump cumple con sus aranceles [en ese momento hablaba del tema de la renegociación del TCLAN] el costo de nuestros productos fabricados en China, México u otros países y luego importados a los Estados Unidos podrían aumentar, lo que a su vez podría afectar adversamente la demanda y tener un efecto adverso en los resultados de las operaciones”.
Así las cosas, a la presión sobre Trump de las automotrices, uno de los sectores más perjudicados, y de las importadoras de bebidas alcohólicas, se sumarán las marcas de jeans y, especialmente, los usuarios de pantalones de mezclilla de todo Estados Unidos, que no estarán dispuestos a pagar más.