El escenario político argentino ha sido sacudido por Javier Milei, cuya estrategia en redes sociales, reminiscente pero evolucionada del estilo Trump, captura miradas. En México, las probables candidatas a la presidencia, Xochitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, podrían hallar en Milei un modelo para revitalizar la arena política mediante un marketing político disruptivo.
Milei, explotando la insatisfacción ciudadana a través de videos cortos y mensajes punzantes, redefine la esfera del marketing político. Esta ola disruptiva podría preludiar una nueva dinámica electoral en México hacia 2024, estableciendo un diálogo más auténtico entre políticos y electores, especialmente los jóvenes. En un escenario político cada vez más digital, el estilo de Milei brinda una ruta que, aunque arriesgada, podría redefinir la conexión entre políticos y electorado, fusionando autenticidad, irreverencia y una conexión directa con las inquietudes ciudadanas.
Donde la política suele percibirse distante, esta estrategia podría catalizar una mayor interacción y comprensión mutua, reconfigurando el panorama político en la región. Resulta sorprendente cómo frente a Milei, figuras como Donald Trump parecen moderadas. La última encuesta de Analogía, realizada entre el 3 y 5 de septiembre en Argentina, coloca a Milei como el principal contendiente presidencial con un 31.1% de preferencia, a pesar de sus controvertidas declaraciones y críticas hacia figuras como el Papa Francisco.
Podría argumentarse que la estrategia de Milei comparte similitudes con la de Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, en el sentido de capitalizar la frustración ciudadana hacia la falta de resultados y la falla histórica del establishment gubernamental. Sin embargo, Milei incorpora un nuevo componente: la rapidez en la respuesta en vivo, lo que hace que sus clips sean altamente atractivos en plataformas como YouTube Shorts y TikTok. También ha capturado la atención de comentaristas internacionales como Tucker Carlson, cuya entrevista le proporcionó una visibilidad global, evidenciada por un retweet de Elon Musk.
La pregunta pertinente es si Gálvez y Sheinbaum adoptarán esta estrategia de marketing político, con mensajes claros que resuene con una base frustrada por la falta de progreso en el país y con una velocidad casi viral en la comunicación. En el caso de Sheinbaum, implicaría una divergencia de su propio partido, mientras que Gálvez, proveniente de los antiguos partidos en el poder, podría carecer de la autoridad moral necesaria para adoptar una postura de choque. Solo el tiempo dirá el camino que elegirán.
El modelo de Milei podría ser más adecuado para un candidato externo al sistema, como fue el caso de Trump. En contraste, Gálvez y Claudia son figuras establecidas dentro del sistema político. Un potencial tercer candidato de Movimiento Ciudadano podría adoptar este modelo de shock political marketing, por falta de una mejor terminología.
Javier Milei y el fenómeno Argentino
Estoy convencido que este formato de comunicación política, aunque efectivo en captar atención, no favorece la armonía. Los mensajes diseñados para ganar popularidad a corto plazo suelen ser controversiales, atrayendo lectores y generando discusión, pero también polarizando. El marketing político debería aspirar a sumar adherentes a una causa, no a polarizar. No olvidemos que estos extremos —tanto de políticos de izquierda como derecha— son resultado de malos resultados. Más allá de la comunicación y marketing lo que más reclama la sociedad son resultados y cambios positivos en la calidad de vida de los habitantes de cada país. Recordemos los resultados del Informe 2023 realizado por Latinobarómetro que exponen que a un número importante de la población latinoamericana le da lo mismo el tipo de régimen siempre que “solucione los problemas”. En resumen, Argentina ha presentado un nuevo formato de marketing político, y aunque el 2023 concluirá con un nuevo presidente en dicho país, deja lecciones valiosas para México y EEUU en el 2024.