Que tal que la semana pasada te platicaba acerca de temas de inclusión y como éstos han dado un vuelco en el mundo deportivo y no solo en nuestro país, como ejemplo el protocolo que la Liga MX ha instaurado para tratar de evitar la discriminación racial en los estadios de fut, sino también en las ligas en EU, la FIFA y UEFA, equipos, atletas individuales de todo el mundo.
Pues tamién te platicaba de como este jugador que en Mayo pasado nos dijo que es homosexual, por fin logró concretar un contrato con un equipo de la NBA, tomándole 9 meses de desempleo en los cuales siguió entrenando confiando que algún día un equipo confiaría en su valía deportiva.
Pues los Nets lo contrataron la semana pasada, como te decía, no hizo un partido espectacular sino que fue un jugador que cumplió bien su cometido, jugó pocos minutos pero lo hizo de muy buena forma, demostrando que los 9 meses que estuvo inactivo no le han pesado mucho y que todavía puede dar mejores encuentros al tomar mayor fogueo en cancha.
Bueno, pues eso en sí es de aplaudirse, que un jugador haya comunicado sus preferencias sexuales estando en activo es muy complicado, de hecho nadie antes que él en la historia lo había hecho; Jason lo hizo y ahora puede seguir su carrera deportiva.
Por otra parte, ¿te puedes imaginar al coach de los Nets pensando en los pros y contras de contratarlo? Pensando si será un factor de desatención para los demás jugadores? ¿Te puedes imaginar los cuestionamientos que le harán a Jason y a sus compañeros? Podría afectar esto de sobremanera como para que el equipo pierda la brújula y estén más preocupados por las respuestas políticamente correctas que por su propio desempeño en las duelas?
Y del otro lado, el tema comercial, estoy seguro que el Director Comercial del equipo estaba impulsando su contratación, sabía que sería un motivador extra para los fanáticos del equipo para ir a verlos jugar -ya que es un jugador, que al día de hoy es diferente y genera expectación- o que podría generar mayor acercamiento con una comunidad abierta a todo tipo de inclusión, generando mayor engagement con elllos y por consiguiente mayores posibilidades de “uso” de la marca, como pueden ser la asistencia a los partidos, compra de merchandising, entre otros; generando publicity para el Club.
Pues como resultado de estas discusiones tenemos a un jugador que está de vuelta en su chamba, un coach que tiene una opción más dentro de su roster de jugadores y las ventas del equipo se están viendo beneficiadas ya que están ofreciendo valor diferenciado al consumidor, están logrando incluir a un mercado que se preocupa por estas circunstancias, que está ávido de tener estos estímulos, que ahora los pide pero que después los exigirá y estará en nosotros como sports marketers ya sea que trabajemos en empresas o entidades deportivas, que encontremos el perfecto balance entre ofrecer valor a través de las herramientas conocidas y probadas como el merchandising, utilización de medios y PR, activación de atletas y patrocinios, el correcto valor ofrecido al mercado a través de herramientas de Sports Marketing 3.0, del cual hemos venido hablando desde hace un año; y por supuesto todo esto deberá estar alineado con las estrategias deportivas; no olvidemos que sin resultados deportivos, el éxito comercial y de marca sostenido no llega.
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